LECTURA DIARIA:
Isaías
capítulo 24
Muchos
llaman a este capítulo «el apocalipsis
de Isaías». Tras la extensa sección dedicada al juicio de las naciones, el
texto se ocupa de cómo Dios hará que su reino triunfe sobre el mal. Por lo
tanto, es mejor no tratar de identificar hechos históricos concretos en estos
capítulos. En adición a las profecías sobre lo que Dios hará aparecen himnos de
alabanza y acción de gracias. Como es típico de la literatura apocalíptica,
gran parte de su lenguaje es figurativo.
El
pueblo no solo sufrió por sus pecados, incluso la tierra padeció los efectos de
la maldad y el quebrantamiento de la Ley. En la actualidad vemos los resultados
del pecado en nuestra tierra: contaminación, crimen, adicción, pobreza. El
pecado afecta cada aspecto de la sociedad a tal grado, que incluso sufren los
fieles a Dios. No podemos culpar a Dios por estas condiciones, ya que el pecado
humano las provocó. Mientras los que somos creyentes renunciemos más al pecado,
hablemos en contra de las prácticas inmorales y anunciemos la Palabra de Dios a
otros, más lentamente se deteriorará nuestra sociedad. No debemos rendirnos: el
pecado se ha difundido por todas partes, pero podemos distinguirnos.
Esta
sección apocalíptica abre con un panorama de juicio universal contra el pecado
humano. Este pecado se define y resume diciendo que los seres humanos
quebrantaron el pacto sempiterno. En el AT se establecen muchos pactos, pero
todos apuntan al que se cumple a través de la muerte expiatoria de Cristo en la
cruz. La causa fundamental de la ira de Dios, por lo tanto, es el rechazo de la
gratuita oferta de salvación contenida en el evangelio de Cristo Jesús. No está
claro qué tipo de devastación ocurrirá. La imaginación sugiere sequías y
posibles terremotos. Tales cosas han sucedido a lo largo de toda la historia
humana, y alcanzarán su clímax en tiempos de la Segunda Venida de Cristo, a
menudo llamados «la gran tribulación».
La
devastación incluirá el fin de las festividades, seguida de un juicio general
sobre la confundida sociedad mundial. Otra vez, el lenguaje está cargado de
símbolos.
Isaías
estaba apesadumbrado por el dolor que le causaba la condición de su mundo.
«Ejército
de los cielos en lo alto» se refiere a las fuerzas espirituales que se oponen a
Dios. Nadie, ni siquiera los ángeles caídos, escaparán al merecido castigo de
Dios.
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