LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 43
Aquí
se reafirma el cuidado providencial que Dios dispensa a su pueblo y su
redención de la cautividad. Las palabras «redentor», «redimir» y «redención»
son comunes en Isaías y recuerdan la liberación de la cautividad en Egipto.
El
capítulo 42 termina con la tristeza de Dios por la decadencia espiritual de su
pueblo. En el capítulo 43, Dios dice al pueblo que, a pesar de su fracaso
espiritual, Él les mostrará misericordia, los traerá de regreso del cautiverio
y los restaurará. Les derramaría amor y no ira. Entonces el mundo sabría que
únicamente Dios había hecho esto.
Mayim
es la palabra hebrea para «agua», pero siempre aparece en plural: «aguas».
Mayim aparece 570 veces en el Antiguo Testamento. Se utiliza como metáfora para
referirse a los paganos, los tormentosos y caóticos mares en la creación y la
vastedad de las gentes (naciones o pueblos). De forma más significativa mayim
nos habla de vida, sustento, fertilidad y bendiciones.
De
alguna manera Dios habló a Ciro, prometiéndole amplias regiones de áfrica a
cambio de su contribución a la restauración de Jerusalén.
Dios
entregó a Persia a otras naciones a cambio de dejaran partir a los judíos a su
tierra natal. Egipto, Etiopía y partes de Arabia (Seba) atacaron a Persia y
fueron derrotados.
Dios
creó a Israel haciéndolo especial para El. La redimió y la llamó por su nombre
para que fueran de Él. Dios protegió a Israel en tiempos difíciles. Dios
providencialmente influyó sobre Persia y Egipto para que se cumplieran sus propósitos
para Israel.
Isaías
habla sobre todo del regreso de Israel desde Babilonia. Pero hay un significado
más amplio, todo el pueblo de Dios se reunirá cuando Cristo venga a gobernar en
paz sobre la tierra.
Además
de referirse al regreso de Babilonia, estos versículos parecen aludir a la
reunión, por parte de Dios, de su remanente a través de la historia.
La
tarea de Israel era la de ser testigo, decir al mundo quién era Dios y lo que
había hecho.
Se
describe un nuevo éxodo para un pueblo una vez más oprimido, como lo fueron los
israelitas durante el cautiverio en Egipto antes del éxodo. Clamarían a Dios y
una vez más los escucharía y liberaría. Un nuevo éxodo se llevaría a cabo por
un nuevo desierto. Los milagros pasados no fueron nada en comparación con lo
que Dios haría por su pueblo.
Judá
es convocado a olvidar su intento de ocupar un sitio entre las naciones. Dios
reserva un nuevo destino para Israel. Cosa nueva es este pueblo que surge del
proceso histórico de la cautividad y el retorno a su tierra.
Israel
no se había reformado por completo; aunque aún no llena los requisitos, todavía
se le asegura que sus rebeliones serán borradas. Su futuro será distinto a su
pasado.
Cuando
Dios perdona nuestros pecados, los olvida totalmente. Nunca debemos temer que Él
nos los recuerde más tarde.
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