UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL
GRAN VACÍO DE NUESTRA SOCIEDAD
La
sociedad actual ha perdido los buenos modales, ya no se dice buenas tardes,
buenos días, perdone usted, muchas gracias señor, disculpe joven, por favor, lo
siento, le puedo ayudar y con su permiso. La galantería de los hombres
poco a poco se va perdiendo, ya no se cede el asiento, no se ayuda a cruzar la
calle, muy poco se pone la basura en sus respectivos lugares, y si a alguien se
le cayó algo escasean quienes lo puedan ayudar.
Ya no es como antes, no se cede
el paso, no se espera con paciencia, no se da el beneficio de la duda, solo se
piensa en ganar, lo importante es el yo y para ajustar el escenario, muchos
responden mal cuando se les señala algo, porque no están dispuestos a aprender.
¿A
dónde se fue el valor del respeto? El profeta Isaías, hablando de los
errores del pueblo de Israel, dice: a lo bueno le llaman malo y a lo malo le
dicen bueno (Isaías 5.20).
Esta
es la realidad de la vida de este tiempo, ya no es valorada.
Por
dinero hay personas capaces de traicionar, mentir, robar y hasta asesinar
al prójimo.
Respetar
es la mejor manera para ser respetado. Cuando alguien ha visto y ha
entendido lo que es el respeto, continuará siendo respetuoso con todos, con
todo, y en todo lugar. El tiempo que vivimos, es del que el apóstol Pablo
advirtió a Timoteo, tiempos difíciles y peligrosos, donde el respeto hacia los
demás, será un asunto olvidado o ignorado (2 de Timoteo 3.1 - 9).
Esto
es muy triste, lamentable y preocupante.
La
filosofía de las relaciones humanas del siglo XXI es “Dime cuanto vales y te
diré cuanto te respeto”. En otras palabras, me relaciono con alguien basado en
lo que éste vale y según lo que valga así será la manera como lo trataré. La
sociedad actual ha perdido el valor del respeto que merece toda persona
independiente de su status social, su nivel cultural, su raza, color, estatura,
u origen, etc.
La
vida de una persona no se define como la simple existencia, tampoco es la
duración de vida de una persona. La vida representa a una persona, la cual
desde que es fecundada tiene todos los derechos divinos y constitucionales, por
consiguiente, debe ser reconocido por todos los demás. Toda persona tiene
derecho a vivir, y nadie tiene el derecho, la libertad o la potestad de atentar
contra su vida, o hacer nada que ponga en peligro la vida de los demás.
La
ausencia del respeto nos conduce al caos de la anarquía.
La
ausencia del respeto hacia los demás, es la explicación para la existencia de
personas sin escrúpulos, sin sentimiento, sin dignidad, sin moral y sin valor
hacia ellos mismos.
En
la medida que entendamos el significado, el valor y los beneficios de la
práctica del respeto; sentiremos la necesidad, la obligación y la satisfacción
de respetar a los demás como DIOS lo planeo desde que nos
creó.
Este
es el gran vacío que tiene la sociedad, y que cada día como un cráter, se está
ensanchando en el terreno.
Una
coalición formada por la familia, las escuelas y
las iglesias con una perspectiva de trabajo en equipo es lo
que se necesita construir en este tiempo para hacerle frente a esta avalancha
en contra de los valores que no da tregua.
DIOS
valora a toda persona de todas las partes del mundo, de toda raza, color,
nación, status social, nivel cultural y condición moral.
DIOS
las ama tanto que dio a Su Hijo Único para morir en la cruz, porque para Él
todos somos importantes y de mucho valor.
DIOS
jamás hace algo que atente contra el derecho de vivir. Debemos valorar a los
demás como DIOS nos valora a nosotros.
Dios
les bendiga abundantemente.
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