lunes, 21 de mayo de 2018

Un momento... EL GRAN VACÍO DE NUESTRA SOCIEDAD




UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
EL GRAN VACÍO DE NUESTRA SOCIEDAD

La sociedad actual ha perdido los buenos modales, ya no se dice buenas tardes, buenos días, perdone usted, muchas gracias señor, disculpe joven, por favor, lo siento, le puedo ayudar y con su permiso.  La galantería de los hombres poco a poco se va perdiendo, ya no se cede el asiento, no se ayuda a cruzar la calle, muy poco se pone la basura en sus respectivos lugares, y si a alguien se le cayó algo escasean quienes lo puedan ayudar.
Ya no es como antes, no se cede el paso, no se espera con paciencia, no se da el beneficio de la duda, solo se piensa en ganar, lo importante es el yo y para ajustar el escenario, muchos responden mal cuando se les señala algo, porque no están dispuestos a aprender.
¿A dónde se fue el valor del respeto?  El profeta Isaías, hablando de los errores del pueblo de Israel, dice: a lo bueno le llaman malo y a lo malo le dicen bueno (Isaías 5.20). 
Esta es la realidad de la vida de este tiempo, ya no es valorada.
Por dinero hay personas  capaces de traicionar, mentir, robar y hasta asesinar al prójimo. 
Respetar es la mejor manera para ser respetado.   Cuando alguien ha visto y ha entendido lo que es el respeto, continuará siendo respetuoso con todos, con todo, y  en todo lugar. El tiempo que vivimos, es del que el apóstol Pablo advirtió a Timoteo, tiempos difíciles y peligrosos, donde el respeto hacia los demás, será un asunto olvidado o ignorado (2 de Timoteo 3.1 - 9).  
Esto es muy triste, lamentable y preocupante.
La filosofía de las relaciones humanas del siglo XXI es “Dime cuanto vales y te diré cuanto te respeto”. En otras palabras, me relaciono con alguien basado en lo que éste vale y según lo que valga así será la manera como lo trataré. La sociedad actual ha perdido el valor del respeto que merece toda persona independiente de su status social, su nivel cultural, su raza, color, estatura, u origen, etc.
La vida de una persona no se define como la simple existencia, tampoco es la duración de vida de una persona. La vida representa a una persona, la cual desde que es fecundada tiene todos los derechos divinos y constitucionales, por consiguiente, debe ser reconocido por todos los demás. Toda persona tiene derecho a vivir, y nadie tiene el derecho, la libertad o la potestad de atentar contra su vida, o hacer nada que ponga en peligro la vida de los demás.
La ausencia del respeto nos conduce al caos de la anarquía.
La ausencia del respeto hacia los demás, es la explicación para la existencia de personas sin escrúpulos, sin sentimiento, sin dignidad, sin moral y sin valor hacia ellos mismos.
En la medida que entendamos el significado, el valor y los beneficios de la práctica del respeto; sentiremos la necesidad, la obligación y la satisfacción de respetar a los demás como DIOS lo planeo desde que nos creó.   
Este es el gran vacío que tiene la sociedad, y que cada día como un cráter, se está ensanchando en el terreno.  
Una coalición formada por la familia, las escuelas y las iglesias con una perspectiva de trabajo en equipo es lo que se necesita construir en este tiempo para hacerle frente a esta avalancha en contra de los valores que no da tregua.  
DIOS valora a toda persona de todas las partes del mundo, de toda raza, color, nación, status social, nivel cultural y condición moral.
DIOS las ama tanto que dio a Su Hijo Único para morir en la cruz, porque para Él todos somos importantes y de mucho valor.
DIOS jamás hace algo que atente contra el derecho de vivir. Debemos valorar a los demás como DIOS nos valora a nosotros.
Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario