Leyendo... Deuteronomio capítulo 22

LECTURA DIARIA:
Deuteronomio capítulo 22

Las leyes enfatizaban el comportamiento propio de una persona que vivía bajo las demandas del pacto con Dios. Estos preceptos morales tenían como propósito inculcar en cada persona en Israel la responsabilidad de ayudar a una persona necesitada, y de inculcar en cada ciudadano israelita un espíritu de solidaridad, el cual debía motivar a cada persona a mantener un balance en su vida social. El principio que guía la aplicación de estas leyes es el amor fraternal.
La primera de estas leyes hace referencia a los animales extraviados que pertenecían a un hermano. Esta misma ley extiende la obligación de devolver los animales extraviados a uno que es “enemigo” o a la persona “que te aborrece”. En Deuteronomio se amplía el alcance de esta ley para incluir a todos los israelitas.
La conducta piadosa de cada israelita debía ser manifestada en su vida diaria, en su manera de vestir, en su manera de vivir y en su manera de trabajar. Las siete leyes presentadas se aplican a diferentes aspectos de la vida diaria de un israelita.
La ley que prohibía a un israelita que usara ropa de una persona del otro sexo. La razón para esta prohibición se encontraba especialmente las cosas relacionadas con la impureza sexual o con la idolatría, que estaban asociadas con la religión de los cananeos.
El espíritu humanitario de la legislación protegía la continuidad de la vida en general, y la fuente de alimento en particular. La prohibición de tomar del nido tanto a la madre con los huevos o con los polluelos servía para evitar la extinción de la especie.
La necesidad de construir parapetos. Las casas israelitas tenían un techo plano y las terrazas de las casas servían de lugar de reunión. Para evitar que una persona se cayera de la azotea y trajera culpa de sangre al dueño de la casa, cualquier persona que edificaba una nueva casa tenía que proveer un parapeto para la protección de otras personas. Esta ley declaraba que si una persona tenía un accidente, el dueño de la casa era legal y moralmente culpable porque no había hecho ninguna preparación para prevenir el accidente.
No se permitía a los israelitas mezclar diferente especies de semillas en el campo, diferentes especies de animales en el arado y diferentes especies de hilo en las ropas. También se prohibía arar un campo con el buey y con el asno, bajo el mismo yugo. Este tipo de mezcla violaba la pureza de las especies y violaba el orden establecido por Dios.
La ley que requería hacer borlas en las cuatro extremidades del manto tenía un propósito religioso. Según la ley, las borlas servían para recordar a Israel de todos los mandamientos de Jehová y la necesidad de ponerlos por obra. De esta manera el pueblo recordaría constantemente al Dios que los había librado de Egipto.
Las leyes que siguen, contienen seis leyes, todas ellas relacionadas con la integridad de las relaciones sexuales y la integridad del matrimonio. Hablan de la pureza sexual antes del matrimonio.
En Israel, el matrimonio era una relación básica en la vida del individuo. El celibato era raro y de poca aceptación en la sociedad israelita. Israel, así como todas las otras sociedades, tenía leyes que definían las normas del matrimonio y lo que constituía relaciones sexuales consideradas ilícitas. En la sociedad israelita la virginidad de una mujer antes del matrimonio era de alto valor moral. Por esta razón, el padre protegía a su hija para garantizar que al entregarla a un hombre como esposa, su hija era virgen.
El padre o el marido consideraban estos delitos como ofensas contra su honor, y esas ofensas no se lavaban más que con sangre. Esto mismo creó la costumbre de tomar prevenciones contra la falsa imputación de delito.
Contra los adúlteros se decretó la pena de muerte. Aunque no se especifica la clase de muerte, se supone que es la lapidación.
La ley israelita prohibía relaciones incestuosas. En una sociedad donde la poligamia era común, esto significaba que la ley no hablaba propiamente de la relación sexual de un hombre con su madre, sino de la relación de un hombre con una de las concubinas de su padre.