viernes, 22 de febrero de 2019

Tiempo... Marcos 16. 15 - 18



TIEMPO DE REFLEXIÓN

 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.   
Marcos 16. 15 – 18.

Vivimos en la época de escepticismo, la tecnología y la ciencia han avanzado tanto que todo de lo que hablan es demostrable, podemos palparlo, tocarlo, verlo. Para creer hoy más que nunca necesitamos ver, necesitamos ver como los que tienen enfermedades son vacunados y sanados, tenemos que ver como lo que se dice queda por escrito, antiguamente la palabra era el signo de firma, hoy en día las palabras se las lleva el viento. No creemos nada que no veamos.
Jesús había resucitado y se apareció a los suyos y les dejó una misión la de predicar el evangelio, y como sabía que no sería fácil, que el escepticismo gobernaría la vida de muchos hombres quiso dejarles una ayuda “y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien.” No solo les dejó una misión, les dejó unas señales, algo visible de lo que ellos iban a explicar, algo que solo se le podría atribuir a Dios.
El evangelismo no tiene ningún sentido si no va acompañado del poder del Espíritu Santo, podemos tener la mejor oratoria, el mejor vocabulario, tener las frases más llamativas y pegadizas, ser emotivos, pero sin poder, el mensaje será puro intelectualismo, Jesús se caracterizó por los hechos milagrosos, el libro de Hechos narra conversiones acompañadas de poder divino, los avivamientos que han existido en tiempos recientes se caracterizaban porque habían milagros y sanidades, existían señales de poder.
Necesitamos buscar del poder de Dios, sin este poder realmente estamos muertos, necesitamos el anhelo de ver milagros poderosos donde Dios sea glorificado. No importa el buen mensaje que traigamos, importa que sea el Espíritu Santo el que lo hable y deje señales de que Él es quien está detrás y el que hace la obra.
Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario