sábado, 23 de febrero de 2019

Leyendo... Lucas capítulo 1




LECTURA DIARIA:
Lucas capítulo 1

Una traducción del nombre Teófilo es "amado de Dios". El libro de Hechos, escrito también por Lucas, comienza de la misma manera. Este prefacio quizás sea una dedicatoria general a los lectores cristianos.

Herodes el Grande, a quien el senado romano ratificó como rey de los judíos. Como era medio judío y deseoso de complacer a sus superiores romanos, expandió y embelleció el templo de Jerusalén, pero puso un águila sobre la entrada. Cuando ayudó a los judíos, lo hizo con propósitos políticos y no porque le interesara su Dios. Herodes el Grande ordenó más tarde una matanza de niños con el intento fútil de dar muerte al niño Jesús, al que se le llamó el nuevo "rey de los judíos".
Zacarías era un sacerdote judío de la clase de Abías que oficiaba en esa semana en particular. Cada mañana un sacerdote entraba al templo para quemar el incienso. Se sorteaban para decidir quién entraría al Lugar Santo y un día la suerte recayó en Zacarías.
Dios guiaba los acontecimientos de la historia al preparar el camino para la venida de Jesús a la tierra.
 Zacarías y su esposa Elisabet seguían las leyes de Dios, y respaldaban su posición con obediencia profunda, por eso los llamaron "justos delante de Dios".
El incienso se quemaba en el templo dos veces al día. Cuando el pueblo veía el humo del incienso quemado, oraba. El humo que ascendía a los cielos simbolizaba las oraciones que subían al trono de Dios.
Gabriel un ángel de Dios le da un mensaje especial a Zacarías. Este no fue un sueño ni una visión. El ángel apareció en forma visible y habló al sacerdote con palabras audibles.
Zacarías y su esposa, tenían la tristeza de no tener hijos y eran de edad avanzada y ya estaban resignados a no tenerlos.
¡El mensaje del ángel era demasiado bueno para ser cierto! Sin embargo, Zacarías no reaccionó tanto por las nuevas del Salvador venidero como por las dudas acerca de su capacidad para ser padre del niño que el ángel le prometía. Su edad parecía tener más consecuencias que la promesa de Dios. Como resultado, Dios le privó a Zacarías del habla hasta el cumplimiento de la promesa.
Le dijo también que el niño se llamaría Juan. Juan significa "el Señor es bondadoso". Dios seleccionó a Juan para un servicio especial. Tal vez se le prohibió beber, como parte del voto de nazareo, un voto antiguo de consagración a Dios. Sansón estuvo bajo este voto y Samuel también.
El papel de Juan era ser casi semejante al profeta del Antiguo Testamento: motivar a las personas a alejarse del pecado y volver a Dios. A menudo se le compara con el gran profeta Elías, conocido por oponerse a las leyes corruptas.

Cuando Zacarías salió del edificio, la gente que estaba fuera se sorprendió por su incapacidad para hablar y pensó que debía haber tenido una visión de Dios que le había impresionado. A su debido tiempo se cumplió la promesa de Dios y el niño fue concebido. 
En el sexto mes del embarazo de Elisabet, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, que estaba lejos de Jerusalén, centro de vida y adoración judías. Donde vivía María una joven pobre, características que para la gente de su tiempo la convertía en incapaz de que Dios la usara en tareas importantes. Pero Dios escogió a María para uno de los actos más grandes de obediencia que jamás haya demandado de alguien.
Su bendición sobre María, el honor de ser la madre del Mesías, le produciría mucho dolor: sus parientes se burlarían de ella; su prometido estaría a punto de dejarla; rechazarían y matarían a su hijo. Pero a través de su Hijo vendría la única esperanza del mundo y por eso a María la alabarían todas las generaciones porque halló "gracia delante de Dios".
El nombre del niño Jesús, una forma griega de la palabra hebrea Josué, era un nombre común que significa "el Señor salva". Siglos antes, Dios prometió a David que su reino sería para siempre. Esta promesa se cumplió en la venida de Jesús, un descendiente directo de David, cuyo reinado continuará por la eternidad.
Jesús nació sin el pecado que entró en el mundo mediante Adán. Nació santo, justo; como Adán, fue creado sin pecado. En contraste con Adán, que desobedeció a Dios, Jesús obedeció. Una joven soltera encinta se arriesgaba al desastre. A menos que el padre de la criatura aceptara casarse con ella, había la posibilidad de que quedara sola para toda la vida. María, con su historia de estar encinta por obra del Espíritu Santo, se arriesgaba también a que la consideraran demente. Con todo y a pesar de los posibles riesgos, María dice: "Hágase conmigo conforme a tu palabra". Cuando María lo afirmó, no se imaginaba la tremenda bendición que recibiría. Solo sabía que Dios le pedía que le sirviera y estaba deseosa de hacerlo.
María se sometió. Creyó las palabras del ángel y estuvo de acuerdo en tener al bebé, aunque fuera en circunstancias humanamente imposibles.
Elisabet al saludar a su joven parienta la llama "la madre de mi Señor".
Como Ana, la madre de Samuel, María glorificó a Dios en un cántico por lo que Él iba a hacer en favor del mundo a través de ella.
Cumplido el tiempo nació Juan.
La ceremonia de circuncisión era un acontecimiento importante en la familia de un niño judío. La línea familiar y los nombres eran importantes para los judíos. La gente supuso con naturalidad que la criatura quizás no recibiría el nombre de Zacarías, pero al menos uno de la familia. Por eso se sorprendieron de que Elisabet y Zacarías desearan ponerle el nombre de Juan, como el ángel les dijo. Los familiares de Zacarías le hablaron mediante gestos porque al parecer estaba totalmente sordo, así como mudo, y no oyó lo que su esposa le dijo. Pero Zacarías recuperó el habla y alabó a Dios con sus primeras palabras después de meses de silencio.
En un cántico, Zacarías profetizó la venida de un Salvador que redimiría a su pueblo y predijo que su hijo Juan prepararía el camino del Mesías. Todas las profecías del Antiguo Testamento se concretaban.
El Mesías vendría a su tiempo y escogieron a Juan para preparar el camino. Zacarías evocó cientos de años de la obra soberana de Dios en la historia, comenzando con Abraham y continuando por la eternidad. Luego, en un contraste tierno, personaliza la historia.
Juan vivió en el desierto, los profetas buscaban la soledad del desierto para mejorar su crecimiento espiritual y enfocar su mensaje en Dios. Al estar en el desierto, Juan mostró su separación de los poderes económicos y políticos de modo que pudo dirigir su mensaje en su contra. También muestra su separación de los líderes religiosos hipócritas de su día. Su mensaje era diferente al de ellos, preparar el camino al Mesías.

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