miércoles, 20 de febrero de 2019

Tiempo... Marcos 15. 6 - 13



TIEMPO DE REFLEXIÓN

 “Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta.
Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?
Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces:!Crucifícale!”   Marcos 15. 6 – 13.

En toda la historia de la humanidad ha habido muchos momentos injustos y personas que han muerto por causas incorrectas, pero ninguna como la que encontramos aquí. Era normal en la Pascua que se liberara a uno de los delincuentes como medida de gracia, el gobernador quería salvar a Jesús ya que no encontraba en Él nada punible por lo que ser castigado, y ante Jesús estaba Barrabás un terrorista que había robado y asesinado y estaba condenado a la cruz. Pilato sabía que ante esta situación, el pueblo elegiría salvar a aquel de quien se había oído que había dado de comer a miles, que había curado a muchos de sus enfermedades. ¿Quién querría que alguien así muriera?
Ante la pregunta de Pilato ellos respondieron a gritos: ¡Crucifícale!
La respuesta fue clara, el pueblo el cual unos días antes alababan a Jesús sobre un pollino ahora deseaba su muerte, gritaban para que fuese crucificado. Deseaban ver a ese hombre sobre un madero y sufriendo, su único “pecado” haber confesado ser Hijo de Dios, ser el Rey de los judíos.
Lo que sucedió aquel día era algo más grande que un simple clamor del pueblo, era el plan divino siendo cumplido, eran las palabras de los profetas tomando vida y viendo como el Rey de los judíos iba a ser maldito para la salvación y perdón de pecados de muchos.
¿Acaso si esto se cumplió dudaremos del resto de promesas?
No hay mayor milagro que el sacrificio del mismo Dios, que el cumplimiento de esta promesa. Esto debe recordarnos que la Biblia no es un simple libro más, es el Libro por excelencia, en él encontramos escritos cientos de promesas que quizá pueda parecer que no llegan, pero llegarán, no dudemos.
Si está escrito, al igual que se cumplió el hecho más grande de la historia de la humanidad, eso también se cumplirá.
Dios les bendiga abundantemente.

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