viernes, 1 de febrero de 2019

Leyendo... Mateo capítulo 25



LECTURA DIARIA:
Mateo capítulo 25

Jesús narró algunas parábolas para clarificar aún más lo que significa estar listo para su regreso y cómo vivir hasta que El venga.

En la historia de las diez vírgenes (25.1-13), se nos enseña que cada persona tiene que ocuparse de su condición espiritual. La preparación espiritual no puede comprarse ni prestarse a último minuto. Nuestra relación con Dios debe ser propia. 
La parábola de los talentos (25.14-30) nos enseña la necesidad de usar bien lo que Dios nos ha confiado.
El dinero, como se emplea aquí, representa cualquier clase de recurso que se nos confía. Dios nos da tiempo, capacidades, dones y otros recursos de acuerdo a nuestras habilidades y espera que los usemos con sabiduría hasta que regrese. Tenemos la obligación de usar bien lo que Dios nos ha dado. La cuestión no es cuánto tenemos, sino qué hacemos con lo que tenemos.
La enseñanza de las ovejas y cabritos (25.31-46) enfatiza la importancia de servir a los que están en necesidad.
Dios separará a los seguidores fieles de los que falsos y los incrédulos. La mejor evidencia de que somos creyentes es la forma en que actuamos. Tratar a todas las personas que encontremos como si fueran Jesús no es muy fácil. Lo que hacemos por otros demuestra lo que pensamos de lo que Jesús señaló que debíamos hacer: dar de comer al hambriento, albergar al desamparado, visitar a los enfermos.
Jesús comparó a las ovejas y los cabritos con los creyentes y los que no lo son. Las ovejas y los cabritos pastan juntos con frecuencia, pero los separan cuando llega la hora de trasquilar las ovejas. 
Ninguna parábola por sí misma describe completamente cómo debemos prepararnos. Pero cada una de ellas pinta una parte del cuadro.
Cuando Jesús advierte acerca de la incredulidad, procura salvarnos de un castigo futuro.

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