TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Si alguno de ustedes está
afligido, que ore. Si alguno está contento, que cante alabanzas. Si alguno está
enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el
nombre del Señor lo unjan con aceite.
Y cuando oren con fe, el enfermo
sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán
perdonados. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por
otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho
poder”. Santiago 5. 13 – 16
¿Cuándo es más fácil seguir
a Dios, cuando las cosas van bien o cuando las cosas van mal?
Ninguna de las dos
situaciones ayuda a buscar a Dios, los problemas hacen que nos enojemos con
Dios y le echemos en cara las cosas que nos pasan, y cuando las cosas van bien
nos crea una sensación de autosuficiencia que nos hace creer que no necesitamos
a Dios.
Dios sabe esto, sabe de
nuestra condición y nuestra realidad, por eso inspiró a Santiago a
escribir “Si alguno de ustedes está afligido, que ore. Si alguno está
contento, que cante alabanzas. Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos
de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con
aceite. Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará;
y si ha cometido pecados, le serán perdonados. Por eso, confiésense unos a
otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa
del justo tiene mucho poder”.
En otras palabras, estemos
como estemos busquemos a Dios.
¿Nos van bien las cosas?
Demos gracias a Dios por su misericordia, ¿tenemos problemas? Pidamos a Dios
por solución.
¿Estamos enfermos? Pidamos
por sanidad. La oración del justo puede mucho y esta oración es aquella hecha
con fe, consciente de que Cristo intercede por nosotros ante el Padre y es a
través de Él que nosotros somos justos ante Dios, no por nuestros méritos, sino
por los de Cristo.
No hay excusa, no hay ningún
motivo para que hoy no busquemos a Dios, no existe ninguna razón para no
dedicarle tiempo.
Alabemos, adoremos, exaltemos,
glorifiquemos, pidamos, clamemos, roguemos, hagamos lo que necesitemos pero
busquemos a Dios, no es tarde, mientras hay vida hay esperanza y la esperanza y
la respuesta se llama Dios.
Dios les bendiga
abundantemente.
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