LECTURA
DIARIA:
Judas
capítulo 1
Judas
se presenta como siervo de Cristo y hermano de Jacobo mejor conocido por
ser obispo de Jerusalén y “el hermano del Señor”.
Como
entendido en la fe reconoce que el tema en común a debatir entre los hermanos
es la salvación de la que ahora somos participes en común. Y exhorta a
contender y combatir vehementemente por
la fe que nos ha sido entregada.
En
su exhortación también incluye una reconvención para recordar lo que ocurrió al
pueblo que fue sacado de Egipto, cuando fueron destruidos aquellos que
sembraron incredulidad.
De
igual forma no se escaparon los ángeles que al no guardar la dignidad que como
hijos de Dios tenían abandonaron su morada y fueron castigados bajo oscuridad
en prisiones eternas esperando el gran juicio. En este versículo Judas reconoce
lo sucedido y comentado por el libro de Enoc el cual comenta de manera más
completa lo que el Génesis capítulo 6 nos muestra rápidamente.
También
recuerda lo sucedido con Sodoma y Gomorra ciudades vecinas que fueron
consumidas por el pecado sufrieron las consecuencias de sus actos y fueron
consumidas por el fuego.
Judas
se encuentra enérgico en contra de algunas personas las cuales llama soñadores,
corrompen sus cuerpos, rechazan la autoridad espiritual y blasfeman aquello que
no conocen y que tienen una potestad espiritual.
Las
características de estos sujetos nos dan una idea de cómo son. Personas que
corrompen su naturaleza dando rienda suelta a sus pasiones y deseos, rechazan
la autoridad de aquellos que les exhortan de manera correcta, y además no
tienen ningún respeto por lo espiritual, este tipo de personas deben ser
evitadas, no pueden ser guía para el pueblo de Dios.
Judas
también parece conocer más detalles de los que la Biblia menciona, como este,
en donde el arcángel Miguel (usa su rango angelical) contiende con el
adversario por el cuerpo de Moisés quien murió pero no se sabe el lugar donde
ello ocurrió o al menos el Antiguo testamento no lo menciona. Su confrontación
es real y nos muestra el grado de cuidado que tienen los ángeles para referirse
aun al adversario.
Como
Caín prefirieron servirse a sí mismos, buscaron lucrarse de la forma equivocada
como lo hizo Balaam y han ido en contravía de la verdad como lo hizo el
sacerdote Coré juntándolos a todos en contra de Moisés, cuyo resultado fue la
destrucción de todos los que creyeron en el engaño y la mentira.
Judas
compara a aquellos que siguen la incredulidad, sus pasiones y las ganancias mal
habidas como manchas en vuestra celebración de amor, solo buscan satisfacerse a
sí mismos, son llevados de aquí para allá porque no están cimentados en la
verdad, están muertos y sin fruto.
Su
declaración enfática para quienes viven en el engaño de las tinieblas y su
seguridad son determinantes para conocer el destino de aquellos que viven de
esta manera.
Los
que no tienen al Espíritu Santo siguen los deseos de la carne, son sensuales,
coquetos, generan conflicto y división, burlaran la autoridad.
Pero
quienes tienen al Espíritu Santo deben mantenerse edificados sobre la fe,
orando el espíritu, conservándose en el amor de Dios y confiados en la
misericordia de nuestro Señor para vida eterna.
Algunos
de los que actúan guiados por sus propios deseos podrán ser reconvenidos por la
iglesia para que se convenzan de la necesidad que tienen de Dios, pero otros no
podrán serlo.
Serán
salvos aquellos que Dios dispone que lo sean, del resto debemos tener
misericordia y hablarles de la verdad, sin contaminarnos con sus malos hechos.
Termina
dando toda la gloria, majestad, imperio y poder, en lo eterno al Padre y al
hijo, reconociendo su esencia. Esta pequeña carta es una exhortación clara y
contundente para seguir la verdad y no desviarnos, ni corrompernos por aquellos
que no la predican, ni la practican, pues en estos tiempos habrán maestros y
enseñanzas conforme a todos los gustos y necesidades, pero pocas conforme a la
verdad.
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