lunes, 2 de septiembre de 2019

Tiempo... Santiago 2. 9 - 13



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Pero si hacen discriminaciones entre una persona y otra, cometen pecado y son culpables ante la ley de Dios. Porque si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley. 
Pues el mismo Dios que dijo: «No cometas adulterio», dijo también: «No mates.» Así que, si uno no comete adulterio, pero mata, ya ha violado la ley. Ustedes deben hablar y portarse como quienes van a ser juzgados por la ley que nos trae libertad. Pues los que no han tenido compasión de otros, sin compasión serán también juzgados, pero los que han tenido compasión saldrán victoriosos en la hora del juicio”.  Santiago 2. 9 – 13

En las leyes cada delito conlleva una sanción, no es lo mismo matar a una persona que robar un banco, es más no sería lo mismo robar en un banco y llevarte millones que robar a alguien por la calle y llevarte cien.
El hecho es el mismo, ambos serían ladrones, pero legalmente sus consecuencias son bien distintas, su castigo variará en gran diferencia. Cada delito es distinto, la legislación marca y hace una escala de delitos y castigos, ya que el asesino no recibirá la misma condena que el ladrón. Esta es la mentalidad humana.
Pero que diferentes es la mentalidad de Dios “Porque si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley. Pues el mismo Dios que dijo: «No cometas adulterio», dijo también: «No mates.» Así que, si uno no comete adulterio, pero mata, ya ha violado la ley. Ustedes deben hablar y portarse como quienes van a ser juzgados por la ley que nos trae libertad.” 
En la mente de Dios no existen diferencias, el que mata infringe la ley y es culpable de toda la ley, y el que miente recibe el mismo castigo. Es cierto que las consecuencias visibles son distintas, pero en ambos casos la línea que marca la justicia de Dios se ha sobrepasado y ambos recibirán el mismo castigo, la misma condena, el infierno.
Y esta es la realidad, ningún hombre en la historia, no ha existido nadie que haya sido capaz de cumplir la ley y bajo esta vara todos son culpables y transgresores y merecen ser castigados y condenados, porque has transgredido la ley de Dios, “¡No hay ni uno solo que sea justo! No hay quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios. Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno!
¡No hay ni siquiera uno!”.  (Romanos 3. 10 – 12). Esta es nuestra realidad.
Con esta óptica nos encontramos que solo la misericordia de Dios es suficiente para librarnos de nuestra condenación.
Porque mayor es la misericordia que el juicio.  ¡Grande y maravillosa es la misericordia de Dios!
Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario