TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Pero después que ustedes
hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y
seguros. Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en
su gloria eterna en unión con Jesucristo. A él sea el poder para siempre.
Amén”. 1 Pedro 5. 10 – 11
Hay un dicho que es muy
real, todo tiene solución menos la muerte, incluso las enfermedades tienen
solución, hoy en día la medicina si no sana todas las enfermedades sí que ayuda
a convivir con ellas con el menor dolor posible, pero la muerte es el fin de
todos los hombres. Es verdad que esta vida a unos nos trae más sufrimiento y a
otros menos, pero todos pasamos por esto, niños y ancianos, jóvenes y adultos,
indiferentemente de la raza, la nacionalidad, la economía o la situación
laboral, todos estamos expuestos al dolor.
Sí, los cristianos también
estamos expuestos al sufrimiento, es más, es uno de los métodos utilizados por
Dios con un propósito, "y después de que hayáis sufrido un poco de
tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, El
mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá. A Él sea el
dominio por los siglos de los siglos. Amén."
Esta es una realidad, Dios
permite que suframos durante un tiempo, según la persona el tiempo será mayor o
menor, pero el sufrimiento es parte del camino en la vida cristiana. Pero el
sufrimiento no es en vano, no es sufrir por sufrir, todo es con un claro
propósito para nosotros, perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y
establecernos.
Dios nunca hace las cosas
por hacer, el sufrimiento nos asemeja a Cristo, es cuando estamos destrozados
en el suelo cuando nuestras almas reconocen su incapacidad de salvación y nos
acerca y nos ayuda a impregnarnos de la esencia de Cristo, de su amor, de su
santidad, de su perfección de su misericordia. Ante esta realidad nada mejor
que las palabras de Pedro, "a Él sea el dominio por los siglos de los
siglos. Amén."
Dios les bendiga
abundantemente.
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