LECTURA
DIARIA:
3
Juan capítulo 1
Era
costumbre en las cartas del primer siglo iniciarlas con una breve oración. Juan
ora para que la salud y los asuntos de Gayo prosperen de la misma manera en que
lo hace su alma.
El
hermano Gayo, estaba dando un buen testimonio, su testimonio no depende de sus
argumentos, sino de sus acciones de amor en la verdad.
Quien
engendra por la gracia de Dios hijos espirituales, siente un gozo
indescriptible al oír el testimonio de los hijos, pues se goza en la obra de
Dios sobre sus vidas, y del empeño con el que se han dispuesto para ser
disciplinados en el amor del Padre.
Quien
sirve a Dios, sirve a los hermanos conocidos y desconocidos en la fe conforme
al llamado que ha recibido de Dios, pero no puede dejar con ello de servir a
quienes no conocen la verdad.
El
amor solo puede ser manifestado como ya lo hemos mencionado por medio de
acciones que lo demuestren. El llamado de Gayo le permitía encaminar a los
hermanos conforme a su llamado para que sirviera a Dios y continuaran su viaje.
Gayo
servía a los hermanos con lo que tenía, con lo que disponía y servía a muchos
quienes aceptaba el llamado de Dios y sin importar nada, lo dejaban todo por
amor a Dios y sin aceptar nada de aquellos que no conocen la verdad.
La
posición es algo que debe ser comprendido para que no caigamos en la tentación
de satisfacer nuestra naturaleza carnal. Nadie puede reclamar una posición
dentro de la iglesia, a menos que se le haya confiado por su servicio y
testimonio a la verdad.
A
diferencia de Gayo quien sirve a la verdad y obra conforme a ella, Diótrefes
parece haberse adueñado de la congregación y ejercer presión mediante el engaño
y la mentira sobre los creyentes para manipularlos conforme a su propio deseo.
Debemos tener cuidado de todo predicador que evite la exhortación, que le guste
tener el primer lugar o una posición de mando importante, aléjate de ellos pues
no buscan la verdad. Una congregación sana debe saber reconocer la verdad,
permitir la exhortación a ella y enseñar conforme las escrituras y estar
abierta al consejo.
Juan
nos llena de sabios consejos para dentro y fuera de la iglesia, para con
nuestro servicio a Dios, y con ello nos da una recomendación que yo también
tengo ante todo, imita lo bueno, tómalo y desecha lo malo, si no has aprendido
a discernir lo malo, entonces aprende de alguien maduro en la fe, para que no
te equivoques con facilidad.
Gayo
y Demetrio dan testimonio, así como muchos hermanos hoy en día también lo dan,
reconozcamos a quienes tienen un testimonio de seguir la verdad, aprendamos lo
bueno y desechemos aquellas cosas que no lo sean.
De
nuevo reconoce que es mejor hablar y compartir con los hermanos.
Como
ordenanza del Señor Juan declara la paz de Dios sobre la vida de Gayo a quien
dirige esta carta, sus saludos y dedicación personal demuestran el amor y el
gran aprecio que Juan siente por Gayo y por los hermanos que como el defienden
la verdad y obran conforme a ella.
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