domingo, 14 de mayo de 2023

Un momento... Regresando al camino de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Regresando al camino de Dios

 

“Para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error”. (Efesios 4. 14)

 

La decisión de seguir a Jesús y tener una experiencia y relación con Él es personal e individual. Nadie más puede tomar esta decisión por nosotros ni forzarnos a seguir a quien no queremos seguir, pues aunque exteriormente adoptemos comportamientos y características que hagan pensar a los demás que somos cristianos, la realidad es que si en nuestro corazón no hemos decidido entregarnos por completo a Él, terminaremos apartándonos de la fe.

Ser cristiano no se trata de algo externo que aprendemos a hacer, solo comportamientos, palabras, eventos, tampoco es algo que se viva con nuestras propias fuerzas con positivismo ni mucho menos es una rutina o conjunto de órdenes y mandamientos que debemos seguir para no ser castigado.

Mucha gente se ha alejado de su fe por creer estas ideas.

Ser cristiano es aceptar tener una relación personal con Cristo. Se trata de dejarlo ser el Señor de nuestra vida y darle una oportunidad de mostrarnos cuánto nos ama, de mostrarnos lo poco que le importan nuestros errores y malas decisiones en comparación con la gracia y compasión inmensa que tiene preparada para perdonarnos, restaurarnos y transformarnos. Tiene que ver con permitirle a Dios guiarnos por sus caminos y llevarnos de regreso a vivir en los propósitos para los que fuimos diseñados y creados por Él.

Si le damos una oportunidad a Dios, un voto de confianza, seguramente no vamos a arrepentirnos.

Lo que creemos de Dios no siempre es verdad. Nuestra falta de conocimiento de Dios nos hace llenar los “huecos” de conocimiento de su carácter con ideas humanas, mentiras que el enemigo siembra en nosotros, teorías de gente que no le conoce y conclusiones equivocadas.

Hacemos sacrificios innecesarios, ponemos nuestra confianza en objetos inanimados que nos dan un poco de esperanza, pero nada de resultados, asistimos a eventos para ver si la oración que haga por nosotros alguien más “a quien sí escucha Dios” nos transforma en un instante, pero tampoco funciona.

“Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre”. (1 de Timoteo 2. 5)

Tras muchos intentos de vivir la vida cristiana en nuestras maneras y honestamente sin pasar tiempo orando ni leyendo su Biblia concluimos que el cristianismo no es para nosotros, que Dios nos ha olvidado, que no nos perdonó aquello tan malo que hicimos o simplemente que no existe y todo es una farsa.

No podemos esperar tener un encuentro con un Dios sobrenatural con ideas humanas limitadas. No se trata de que el Creador del Universo se ajuste a nuestros tiempos, esfuerzos y métodos. Él es el Señor y no nosotros.

La vida cristiana se vive solamente de una manera, a la manera de Dios.

“Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo”. (Romanos 10.17)

Si lo que creemos de Dios no puede ser sustentando por la Biblia y no está respaldado por una experiencia personal con Él, no nos servirá de nada.

Si de todo corazón deseamos volver a Dios necesitamos sacar de nuestra vida todo aquello que hemos puesto en primer lugar en nuestro corazón, todo lo que nos aleje de la fe y aquello donde hemos puesto la esperanza en lugar de ponerla en el Señor.

Dios desea que dediquemos nuestro corazón a Él, y le obedezcamos solamente a Él.

Elijamos caminar por los caminos de DIOS, comprometernos solamente con Él y ofrecerle una obediencia total.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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