UN
MOMENTO CON DIOS
Como
acercarnos a Dios
“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. (Mateo 6. 6)
Nuestras
preferencias para acercarnos a Dios pueden variar tanto como nuestras
personalidades y rasgos. Encontrar el mejor modo y lugar para ti para orar te
ayudará a con tu decisión de orar cada día.
Es
verdad que para muchos es más fácil orar en grupos y también que hay más
fluidez y voluntad interior al orar en compañía de otros creyentes; incluso es
necesario que un esposo ore con su esposa, con sus hijos; que una iglesia ore
junta, que se junten amigos a orar, etc.
Todo
esto es muy bueno, pero recordemos que Jesús dijo que “cuando ores, cierra la
puerta y ora a tu padre que está en lo secreto. Entonces tu Padre, que ve lo
que haces en lo secreto te recompensará… “.
Jesús
solía separarse a lugares solitarios para orar. Necesitamos alejarnos de
la televisión, de los teléfonos sonando, de todo lo que nos distraiga.
Hay
personas que el único a lugar a solas que encontrarán en sus casas serán un
baño o un clóset. ¡Está bien! Todo lugar es bueno para orar. Puede ser un
balcón, el patio, un pasillo, etc. Solamente asegurémonos que el lugar que
seleccionemos podamos ir o entrar todos los días a la misma hora.
Podemos
aprender a orar en cualquier lugar. A veces, en vacaciones o viajes,
encontraremos algún lugar en el auto, los aviones, trenes, autobuses. Lo más
importante es saber que necesitamos un lugar fijo para la rutina diaria, un
lugar donde sin importar que sintamos o no a Dios, Él sepa que estamos ahí para
encontrarnos con Él.
Esta es
una de las razones de orar a solas, que podamos orar en voz alta. Esto puede
sonar extraño. Pero de todas las oraciones que encontramos en la Biblia la
mayoría fueron en voz audible. La oración es articulada, hablada, mencionada.
El silencio es para la meditación. Orar en voz alta ayuda a que nos
mantengamos enfocado en la oración, a que no nos quedemos dormidos, a que no nos
distraiga un pensamiento sobre qué comeremos, qué tareas o pendientes tenemos,
etc.
Podemos
orar en todo tiempo también, cuando salimos, caminando, mientras manejamos, obviamente
puedes orar sin que sea una oración audible. Lo podemos hacer todo el tiempo,
antes de una reunión importante, cuando queremos que todo vaya bien con
alguien, cuando tenemos miedo, etc. Siempre habrá momentos cuando la oración
pensada será mucho más apropiada.
Pero el
punto es este: orar en voz alta es la norma, especialmente si queremos una
extensa y bien enfocada conversación con Dios.
A
algunas personas les gusta orar de rodillas, a otros puestos de pie, sentados o
arrodillados. Hay quienes incluso lo hacen caminando de un lado a otro. Encontremos
una postura en la cual no nos gane el dolor ni el sueño. La llave es
encontrar nuestro propio estilo, el que nos funcione y ayude a enfocarnos. Pero
lo más importante es cada día tener ese momento con Dios, de comunión con Él,
donde podemos derramar nuestro corazón, pero sobre todo escuchar la dulce voz
de nuestro Padre Celestial guíandonos.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario