Un momento... Andar sabiamente

 

UN MOMENTO CON DIOS

Andar sabiamente

 

“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.”
(Colosenses 4.5)

Como debe ser nuestro andar.
1) Andar sabiamente.
Son tiempos raros, de mucha violencia, mucha inseguridad, mucha confusión, es imprescindible que el pueblo de Dios, siembre esperanza y fe con nuestro andar diario.
La verdadera sabiduría proviene de Dios. Más que nunca es importante estar bien conectados con Dios a través de la oración y su Palabra, para tener toda su sabiduría y que esto se refleje en nuestra forma de vivir.
2) Andar sabiamente con los de afuera.
La tendencia general es la de pasar desapercibidos como creyentes. Es un tiempo en el que la sociedad carece de modelos creíbles de conducta y moral, razón por la cual es importante que aquellos que están a nuestro alrededor encuentren en nosotros una forma de vida coherente con nuestra fe.
Somos el Cuerpo de Cristo, por lo tanto, nuestros actos deben reflejar su vida y su Palabra, una palabra de esperanza, una sonrisa, una mano a tiempo, un acto de amor, hacen una gran diferencia.
3) Andar sabiamente, redimiendo el tiempo. 
El primer impulso es a perder el tiempo. Las costumbres de la sociedad actual llevan al aislamiento, los celulares, netbooks, notebooks y otras herramientas que nos abren el mundo de las redes sociales, juegos on-line, etc. Utilizamos muchas horas del día en “estar conectados”, pero a la vez, eso nos lleva a estar desconectados de la realidad de la gente. Otros hacen lo contrario, se van a un lugar alejado, en un parque, una plaza, etc, y tratan de hablar con las plantas, los animales, etc, pero desconectados de la realidad de la gente.
Debemos replantearnos como usamos el tiempo que disponemos, para que Dios active nuestro entendimiento y nos demos cuenta de cuál es el mejor momento de hablar de Dios con alguien, cuando dar una palabra de esperanza, o cuál sea la mejor manera, de acuerdo a la circunstancia, de interactuar con aquellos que nos rodean y acercarlos así a Dios.

Dios les bendiga abundantemente.