UN
MOMENTO CON DIOS
Esperar
en Dios
“Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan. Bueno es esperar calladamente a que el Señor venga a salvarnos”. (Lamentaciones 3. 25 – 26)
Cuando nuestra vida
parece estar cayéndose a pedazos, la decisión más “espiritual” que
podemos tomar, es sorprendentemente solo una, buscar estar a
solas con Dios, y esperar.
La
Biblia nos dice esto repetidas veces. Cuando la vida es un fardo pesado de
llevar y difícil de manejar, alejémonos para estar a solas
con Dios. Debemos permanecer en silencio. Inclinarnos en
oración. No hacer preguntas. Esperar a que venga a nosotros la
esperanza. No huir del problema.
La
mayoría de nosotros no sabemos cómo “estar en silencio.” Siempre estamos
ansiosos. No nos gusta esperar en Dios porque no nos gusta estar quietos sin
hacer nada. Nos gusta tener el control.
¿Qué
significa esperar en Dios?; Sentarse, cerrar la boca,
y solo escuchar a Dios. Podemos leer la Biblia. Podemos
orar. Pero más que todo esto,
debemos estar tranquilo ante Dios.
La
ansiedad viene cuando no estamos “esperando que la esperanza aparezca “, como
Jeremías nos dice. Dios quiere hablar con nosotros. Él quiere darnos la
esperanza que anhelamos. Pero estamos demasiado ocupados. Todos nuestros sentidos están
ocupados. Cuando Dios nos llama, estamos en
una frecuencia diferente.
Si
queremos escuchar a Dios y experimentar la esperanza que tiene para nosotros,
tenemos que estar a solas con Él. Tenemos que “allegarnos a Él en
silencio” y estar dispuestos a escucharle.
Jesús también dijo
en Mateo 6. 6: “Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto,
cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve
lo que se hace en secreto, te recompensará”.
Seamos honestos
con Dios, y nuestra atención se quitará de sólo
estar viendo nuestros problemas, sin importar cuan
abrumadores sean, a ver la gracia de Dios.
Hay un
propósito en la espera de la promesa de Dios.
Dios está trabajando en nosotros, formando nuestro carácter,
fortaleciendo la fe.
David dijo: “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó
mi clamor”. (Salmos 40.1)
La espera, es el tiempo de clamar y aprender a esperar con paciencia.
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. (Salmos 46.10)
Dios quiere que aprendamos a confiar y depender de Él.
Eso significara muchas veces, Estar quietos y aprender a confiar en Dios, aun
cuando las cosas no se ven nada bien.
Cuando esperamos lluvia y estamos viendo un cielo azul sin una sola nube en el
horizonte.
Cuando esperamos en la promesa sin cumplir y no vemos nada que nos indique que
lo que esperamos está en camino.
Cuando todo parece que está en contra de nuestras expectativas.
Cuando vemos las circunstancias que no están a nuestro favor.
Todo esto es solamente la perfecta oportunidad para ver la mano de Dios moverse
y obrar milagros a nuestro favor.
Porque
cuando la noche esta más obscura, es cuando está a punto de amanecer.
La fe no
espera ver para creer, solo cree y obedece.
Antes de tratar de resolver nuestros problemas por cuenta propia,
dejemos que Dios nos rescate.
Dios no
se ha olvidado de ti nosotros de Su promesa, Él ha escuchado nuestro clamor,
esperemos con fe, con paciencia, con esperanza.
Dios
les bendiga abundantemente.
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