jueves, 11 de mayo de 2023

Un momento... Dios nos da la victoria sobre el pecado

 


UN MOMENTO CON DIOS

Dios nos da la victoria sobre el pecado

 

“Estos son los reyes de la tierra que los hijos de Israel derrotaron y cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán hacia donde nace el sol, desde el arroyo de Arnón hasta el monte Hermón, y todo el Arabá al oriente: Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y señoreaba desde Aroer, que está a la ribera del arroyo de Arnón, y desde en medio del valle, y la mitad de Galaad, hasta el arroyo de Jaboc, término de los hijos de Amón; y el Arabá hasta el mar de Cineret, al oriente; y hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, al oriente, por el camino de Bet-jesimot, y desde el sur al pie de las laderas del Pisga”. (Josué 12.1 – 3)

 

Podemos ver el corazón de Dios a través de cómo dirigió a Josué y los israelitas por una etapa de conquista de la tierra que les había prometido y donde tuvieron que pelear contra muchas naciones más fuertes que ellos.

El capítulo 12 del libro de Josué hace un recuento de los reyes conquistados por los israelitas; hasta ese momento de la historia llevaban 31 reyes derrotados. Estos reyes representaban a cientos de miles de soldados que cayeron ante la espada de los hijos de Dios, también representaban muchos territorios con valles y montañas que por años habían sido gobernados por hombres que le habían entregado el control de su vida y sus reinos al pecado. La perdición y depravación de estos reinos era tal que Dios había pedido al pueblo de Israel que los borrara por completo de la tierra y que no hiciera ningún tipo de relación con ellos, debían exterminar todo el mal en la tierra que Dios les había entregado.

Estas batallas no fueron sencillas ni instantáneas, les costó años, esfuerzo y algunas bajas el lograr la victoria, pero la enseñanza más fuerte que tuvieron que recibir antes de conquistar la maldad de esa tierra fue que las batallas se ganaban con las fuerzas y las estrategias del Señor; se requería vivir en santidad y obedecer todas sus instrucciones al pie de la letra para derrotar a sus enemigos en lugar de ser perseguidos por ellos.

No podemos aspirar a conquistar la maldad en nuestra vida que por años ha gobernado áreas dentro de nosotros sin primero reconocer que es en las fuerzas del Señor que podremos vencer. Necesitamos entender que solamente al obedecer sus instrucciones en la Biblia y al escuchar y poner en práctica las estrategias que nos revelará en nuestros tiempos de oración con Él, es que lograremos una vida de victoria y santidad.

Cuando leemos los milagros que hacía Jesús entre los paralíticos y enfermos encontramos que en varias ocasiones les decía: “tus pecados te son perdonados” y en otras más: “vete y no peques más”. Jesús echó fuera demonios, sanó enfermedades y perdonó pecados. Las partes que las personas no podían hacer por sí solas que eran ser libres del control de un espíritu o sanar de enfermedades incurables las hacía Jesucristo, sin embargo, nunca echó fuera un “espíritu de pecado” ni “sanó el pecado” de alguna persona.

Donde hubo arrepentimiento les dio perdón. Y donde había que cambiar de estilo de vida les pidió a las personas sorprendidas en pecado que tomaran decisiones de alejarse del pecado.

Al comenzar nuestra vida cristiana todos tenemos áreas que hemos dejado que el pecado domine por años con total libertad, reconquistar estas áreas, no es una tarea fácil e instantánea. Por eso Jesús señaló que necesitaríamos ser perseverantes, es decir mantenernos constantemente en nuestra búsqueda de Él, insistir en llenarnos de su Palabra, levantarnos una y otra vez de nuestros tropiezos y luchar contra todo pecado permanentemente.

¡No podemos rendirnos ni dar un paso hacia atrás! Se espera de un cristiano que se mantenga firme hasta el fin, creciendo en santidad y madurando en la fe.

Dios les bendiga abundantemente.

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