UN MOMENTO CON DIOS
Como superar la ansiedad
“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo”. (Salmo 55. 22)
Según un informe de un grupo
de médicos especializados en salud mental, la ansiedad ha superado a la
depresión como el principal problema mental de estos tiempos en la mayoría de
los países.
Los medicamentos para
combatirla son, hoy en día, los productos farmacéuticos que más se venden. Aun
en medio de economías florecientes y de estabilidad política, la preocupación y
el temor siguen formando parte de la condición humana; estado que no puede
aliviarse adecuadamente con una píldora.
Los agentes que provocan este
estado de ansiedad son muchos, los temores de la delincuencia, los problemas
económico y familiares, dificultades en el trabajo y en general las injusticias
que se cometen en un mundo dañado por el pecado.
Ahora bien, David vivió en un
mundo muy parecido al nuestro, experimento toda clase de dificultad a lo largo
de toda su vida, sin embargo, el encontró el remedio para la ansiedad y lo
declara en el Salmo 55. 22: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No
dejará para siempre caído al justo”.
El primer paso para evitar la
ansiedad es echar sobre Dios todas nuestras penas. El deseo de DIOS no es que
nosotros carguemos con todos nuestros problemas, sino que nos fortalezcamos en
el Señor y permitirle que tome control de nuestra vida.
“Echando toda vuestra ansiedad
sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
(1 Pedro 5. 7)
Como hijos de Dios debemos
depositar en Él todos nuestros problemas y temores, pero para ello es
importante aprender a confiarle plenamente todos los aspectos de nuestra vida
porque cuando es así nuestra alma encontrará la confianza y paz que tanto
necesita. Por ello David exhortaba a echar sobre Dios, y el apóstol Pedro decía
que al hacerlo él tiene cuidado de vosotros.
En Filipenses el apóstol Pablo
nos enseña la manera correcta de echar toda nuestra carga sobre Dios: “Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús” (Filipenses 4. 6 - 7)
La clave para ello está la
oración la cual es capaz de traer la paz de Dios a nuestros corazones y
pensamientos.
El salmista nos enseña que
para evitar la ansiedad debemos, confiar plenamente en Dios.
Cuando venga el problema, no
permitamos que nos aplaste. Al contrario, meditemos en el conocimiento de que
ya Dios lo sabía de antemano e hizo provisión para nosotros.
Sencillamente decidamos a esperar en El.
Sabemos que esto es fácil
decirlo y muy difícil hacerlo. La naturaleza humana se inclina a la
gratificación inmediata. Odiamos estar incómodos. Instintivamente queremos
soluciones rápidas a nuestros problemas.
Paciencia no es una virtud con
la cual hemos sido equipados de antemano. Se nos hace difícil practicarla.
Pero Dios sabe que no podemos
resolver nuestros problemas solos. Su propósito es que en el medio de nuestra
necesidad nos acordemos de Él.
En Su Palabra nos dicen que le
encontraremos cuando le busquemos con todo nuestro corazón.
Cuando agotamos nuestros
recursos, que bueno es saber que tenemos a un Dios grande.
Un Dios de amor, misericordia y bondad, que fielmente se mantiene
cerca, esperando que acudamos a Él.
Como cristianos tenemos que
buscar cada día que nuestra fe se fortalezca a tal punto que nuestra confianza
en Dios sea fuerte y no dude en ningún momento que Dios obrara a favor de
nuestras vidas.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario