domingo, 7 de mayo de 2023

Un momento... ¿Hemos pensado en volver atrás?

 


UN MOMENTO CON DIOS

¿Hemos pensado en volver a atrás?

 

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo" (Filipenses 3. 20)



Se supone que cuando permitimos que Jesús entra en nuestro corazón renunciamos a nuestra vieja manera de vivir, comenzando así un proceso que durara hasta que Cristo venga o hasta el día que partamos de este mundo. Pero lastimosamente en muchas ocasiones después de haber abandonado el mundo, seguimos viendo de reojo lo que allí sucede y deseando en ocasiones ser parte de él.

Cuando Dios advirtió a Lot sobre que iba a destruir Sodoma y Gomorra le dio instrucciones específicas de “no volver a mirar hacia atrás”, y escapar por su vida. De todos es conocido que la esposa de Lot echo un vistazo a lo que estaba dejando y se convirtió instantáneamente en una estatua de sal: Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. (Génesis 19. 26)
Cuando Dios nos saca de un lugar de perdición lo menos que Él quiere es que volvamos a ver hacia atrás o que deseemos lo que allá hacíamos o peor aún amemos lo que antes hacíamos o teníamos.
El pueblo de Israel también fue castigado por Dios por recriminar que estaban mejor en Egipto, olvidando que allí eran esclavos y eran maltratados, pero parece ser que cuando nos sentimos un poco cómodos somos capaces de reclamar a Dios cosas de las cuales no tendríamos derecho a reclamar. Su amor por su vida en Egipto y sus desobediencias y falta de fe los llevo a vagar por cuarenta años en el desierto antes de llegar a la tierra prometida. (Números 14. 33)
Hay un personaje en la Biblia que ayudaba al Apóstol Pablo en su labor misionera, es mencionado solo tres veces en la Biblia y las tres veces se refiere a actos misioneros, pero llego un momento en donde este personaje llamado Demás tomo la decisión de dejar sólo a Pablo porque amo más las cosas del mundo, la Biblia lo narra de la siguiente manera: Demás me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica, pues ama demasiado las cosas de este mundo. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia. (2 Timoteo 4. 10)
Es triste cuando después de haber conocido el amor incomparable de Dios, decidimos regresar a ese pozo cenagoso, regresar a nuestra antigua vida despreciando así todo lo que Dios hizo por nosotros.
¿Cómo está nuestro amor por Dios? ¿Cómo están nuestros ánimos de seguir negándonos a nosotros mismos para seguir cada día a Jesús?, ¿Será que estamos amando más a Dios que al mundo?, o ¿Será que estamos amando más al mundo que a Dios?
Cada uno de nosotros somos responsables de nuestra manera de vivir, no podemos pasarnos la vida echándole las culpas a otro de nuestro estado espiritual, cada uno fuimos llamados a vivir una relación personal con Dios y somos responsables por mantener esa comunión diaria con Él, pero cuando las cosas del mundo comienza a atraernos más y comienzan a quitarle el lugar a Dios en nuestras vidas, entonces vamos directo a un precipicio que lo único que nos traerá es dolor y hasta muerte espiritual.
¡Vivamos cada día amando al Señor!, negándonos a nosotros mismos, negándonos a nuestros deseos engañosos, negándonos a lo que quisiéramos hacer, pero que ahora no lo hacemos porque amamos más a Dios que a cualquier otra cosa.
Dios les bendiga abundantemente.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario