martes, 23 de mayo de 2023

Un momento... El temor de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

El temor de Dios

 “No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová”.  (Salmo 112. 7)

 A nadie le gustan las malas noticias. Puede ser algo doloroso, hiriente y repentino. Vienen cuando menos las esperamos.

En el salmo 112, el salmista está describiendo a la persona bienaventurada, esa es aquella que teme a Dios. Eso trae bendición. Esa persona se deleita en los mandamientos de Dios, y no resbalará jamás. Esta es la persona que no tiene miedo de malas noticias.

El versículo 7 nos enseña que el corazón de tal persona es firme y confía en Dios.

Esta persona no presta ninguna atención a rumores o chismes, no es persuadido por lo que otros piensen de él. Confía en el Señor, permanece firme en la verdad de Dios. No necesita la aprobación de los demás, tiene su confianza en Dios, solo busca su aprobación.

La primera razón es que esta persona tiene una clara mirada hacia Dios. Ve a Dios como se revela en Su Palabra.

Cuando debe tomar decisiones, él mira a Dios. Cuando debe resistir a la tentación o debe luchar contra el pecado, se somete a Dios. Mantiene siempre ante sus ojos a Dios. Esto es porque ha estudiado y obedece Su Palabra.

El salmista dice que este hombre no resbalará jamás Dios es su fundamento, Dios es su Roca. Él le mantendrá a salvo y seguro.

En el versículo 8, el Salmista dice que el corazón de esta persona está asegurado; no temerá.

Quizás durante mucho tiempo nos hemos atascado en un estado de debilidad espiritual, de miedo a confiar en Dios, miedo a ofrecernos sin reservas a Él.

¿Qué clase de Dios tenemos?

Tenemos un Dios muy Poderoso (Josué 22. 22; Nehemías 9. 32; Isaías 9. 6; Sofonías 3.17)

La persona que describe el salmista ha probado esto. Por esta razón es que confía en Dios y no tendrá terror de malas noticias.

Salomón nos recuerda que la persona quien escucha a la Sabiduría en Proverbios 1. 33 habitará confiadamente y vivirá tranquila, sin temor del mal. La sabiduría es necesaria para manejar las malas noticias. En esta persona su fuerza no está en su propia fortaleza. Reconoce que no tiene ninguna fuerza propia. Solamente al renunciar a la autosuficiencia y a la confianza en nuestras propias capacidades, entonces es que ganamos la perspectiva Bíblica de la sumisión hacia Dios.

La sumisión a Dios está conectada con la fe. Sin fe no podemos agradar a Dios. Fe es creer la Palabra de Dios. La Fe ve al Dios invisible. La Fe descansa en las promesas de Dios. Cada uno de nosotros hemos tenido amplias oportunidades de confiar en Dios.

Cuando David enfrentó a Goliat, la mala noticia fue que no había hombre alguno en todo Israel, incluyendo al rey que creyera que Goliat podría ser derrotado (1 Samuel 17). David le dijo al rey Saúl que sería El Señor quien le entregaría a Goliat.

Ese fue el problema de Saúl; él no creía que Dios podría liberar a Israel. Eso no entró en su mente. Saúl sólo pensaba en preservar su propia vida. Dios estaba lejos de él. La mala noticia causó en su corazón tremendo terror. En contraste, el corazón de David confiaba en el Señor.

Como creyentes ya hemos dado el primer paso para no tener miedo de malas noticias.

Si somos creyente en Cristo, ya hemos recibido las Buenas Noticias. Esto ha venido a nosotros en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Nuestros pecados son malas noticias, de la peor de las clases. Ya sabemos de nuestras fragilidades y debilidades.

Jesús se ha ocupado de ellos y debemos creer que él ha tratado con ellos en la Cruz y entonces debemos vivir a la luz de esa gloriosa verdad.

Los justos no tienen miedo de malas noticias, porque sus corazones están firmes en Cristo, confiados en Él; y, por lo tanto, ellos no resbalarán jamás.

Dios ha dado a su pueblo un espíritu no de temor sino de poder, de amor y de dominio propio.

Así que no tengamos miedo de las malas noticias. Confiemos en el Señor. Él nos mantendrá firmes.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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