UN
MOMENTO CON DIOS
Primero
Dios
Sólo
Dios es incondicional y para siempre. Pero a veces olvidamos esto y nos valemos
por nuestros medios y nuestros recursos, y no lo hacemos con “mala intención”
sino que simplemente pasa porque nos alejamos de Él poco a poco. Esto pasa cuando
dejamos de compartir tiempo con Él, dejamos de leer su palabra, de escucharlo y
de tener tiempo con otros hermanos cómo Él nos lo mandó.
Todas
las personas tenemos sueños, es una de las características más lindas del ser
humano, su capacidad de soñar. Pero, aunque esto puede ser algo “bonito”
Dios nos enseña que muchos de esas aspiraciones pueden ser egoístas cuando
giran en lo que nosotros queremos y deseamos en nuestro yo.
David
anhelaba agradar a Dios con su vida, y aunque se equivocó y falló, Dios le
llamó “Un hombre conforme a mi corazón” (Hechos 13. 22)
Esto lejos de decepcionarnos debe servir de ánimo porque vemos que Dios ama al
hombre aún con errores y fallos, nos perdona, y también nos sirve para entender
que aun, así como somos, Él puede usarnos para su obra, puede transformarnos
por completo.
Y este
cambio viene con el morir a nosotros mismos, en el momento en el que nuestro
corazón de verdad acepta a Cristo y nos convencemos de que no hay sentido sin
Él, ahí es cuando Él comienza a moldearnos y a trabajar en nuestra vida.
Jesús
dijo: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” (Mateo 16. 24)
Negarnos
a nosotros mismos significa muchas cosas, es renunciar a nuestra forma de ser
egoísta, es buscarle a Él por sobre todas las cosas, es entender que cuándo Él
dice NO es porque tiene algo mejor en mente, es obedecerle y es también que
desde el fondo de nuestro corazón esté la convicción de que, si no viene de Él,
entonces eso que queremos no tiene importancia.
Pero esto
es algo de todos los días, debemos reconocer qué difícil es cuándo el camino se
pone estrecho, y cuando anhelamos con todo el corazón algo, pero la única forma
de llegar a eso es con nuestros medios, “dando un pequeño empujón” o peor aún con
“pequeñas” mentiras, engaños, o haciendo cosas que sabemos no son del todo
honestas.
Pero el
obedecerle y agradarle traerá a nosotros paz, esa paz que el mundo no entiende
y no puede darnos, porque nos la puede ofrecer con soluciones momentáneas, pero
cómo una ilusión se termina desvaneciendo y al final traerá más dolor a
nuestra vida.
Es difícil
tener que decir NO a cosas que de verdad queremos, por supuesto que es
complicado.
Sin
embargo, cuándo nos acercamos a Él y le conocemos más, esa lucha interior la
ganará el Espíritu Santo que está en nosotros, porque queremos agradarle y Él
peleará cada batalla incluso contra nosotros mismos.
¿De qué
vale lograr algo si no tenemos a Dios a nuestro lado?
Es un
reto y es una lucha que hay que enfrentar día a día, pero Dios quiere lo mejor
para nosotros, Él sólo nos dará cosas buenas, es su promesa y nos lo demuestra
todos los días. Pero también va a trabajar en nosotros, en nuestro carácter y
sólo puede hacerlo enseñándonos y corrigiéndonos.
Entreguémonos
con todo a Dios, preparemos nuestro corazón y dejemos que Él trabaje, entreguemos
nuestros sueños más profundos y permitamos que Él cumpla Su voluntad, porque si
viene de Él, entonces ¡vendrá lo mejor!
Dios les bendiga abundantemente.
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