jueves, 25 de octubre de 2018

Un momento... ¿HAY QUE OBEDECER PARA SER SALVO?



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
¿HAY QUE OBEDECER PARA SER SALVO?

Todos los que responden al llamamiento de DIOS, se arrepienten sinceramente y se bautizan, recibirán el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo, el poder espiritual que los faculta para llevar una vida nueva.

Ahora bien, ¿en qué consiste esta respuesta al llamamiento de DIOS?
En el día de Pentecostés el apóstol Pedro predicó el primer sermón inspirado en la Iglesia del Nuevo Testamento. Se hallaba en Jerusalén ante varios millares de oyentes quienes, al escucharlo, se sintieron compungidos por su participación en la muerte del Mesías, Jesucristo, y les preguntaron a Pedro y los demás apóstoles: "Varones hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2.37).
Esta era la oportunidad para que Pedro les dijera que no necesitaban hacer nada. Pero, ¿qué les respondió Pedro?: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (v. 38).
La Biblia narra este hecho maravilloso: "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones" (vs. 41- 42).
Aquel mismo día, 3.000 nuevos cristianos obedecieron las instrucciones de Dios. Se arrepintieron y se bautizaron. Hicieron lo que Jesús había mandado para todos los cristianos: "Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del Reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio" (Marcos 1.14 - 15).
Jesús dio aquí dos requisitos; requisitos que muchos se niegan a creer y aceptar. Hay quienes desean "ser salvos" pero hacen caso omiso del arrepentimiento. ¿Qué es arrepentimiento? La palabra griega es metanoia, que significa "pensar de otra manera".
Hay que arrepentirse del pecado. ¿Qué es pecado? "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3.4). La Biblia lo dice claramente: "El pecado es infracción de la ley".
Cuando nos arrepentimos del pecado, lamentamos profundamente haber quebrantado la ley de DIOS. (Romanos 8.7).
El arrepentimiento trae un cambio profundo en nuestro modo de pensar y trae el compromiso de vivir por cada palabra de DIOS. Como dijo Jesús, "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Lucas 4.4).
El arrepentimiento es más que la conciencia intelectual de que se ha pecado. El arrepentimiento genuino nos hace lamentar profundamente nuestros pecados.
El verdadero arrepentimiento, trae frutos: "Esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto" (2 Corintios 7.11).
Una persona que se ha arrepentido sinceramente cambia su modo de pensar y su modo de actuar. 
Si nosotros seguimos practicando el pecado sin cambio alguno en la actitud o en la vida, entonces no hay arrepentimiento genuino.
Las pruebas en la Biblia son contundentes. No podemos seguir desobedeciendo a DIOS ¡y recibir el don de la salvación! Pablo hablaba de los falsos cristianos que pretendían, como muchos lo pretenden ahora, valerse de la gracia ¡como licencia para pecar!
El apóstol Judas también condenó este concepto de la gracia que es contrario a lo que enseña la Biblia (Judas 4).
Los primeros cuatro mandamientos nos dicen cómo amar a DIOS y los últimos seis nos dicen cómo amar al prójimo. Por eso, el apóstol Juan escribió: "Este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1 Juan 5.3), o "no son una carga" como dice la versión DIOS habla hoy.
Por tanto, tal como lo dijo firmemente el apóstol Pablo, es imposible que sigamos viviendo bajo la gracia si al mismo tiempo practicamos el pecado. Ningún cristiano realmente arrepentido querrá practicar el pecado mientras reclama la gracia. El cristiano verdadero ha "sepultado" al viejo ser en el bautismo, tal como lo explica el apóstol Pablo: "¿No sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Romanos 6.3 - 4).
Dios les bendiga abundantemente.

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