martes, 23 de octubre de 2018

Leyendo... Oseas capítulo 4



LECTURA DIARIA:
Oseas capítulo 4

En este capítulo, Dios acusa de desobediencia a Israel.
Los líderes religiosos no habían hecho que el pueblo regresara a Dios, y el ritual de la prostitución había reemplazado a la verdadera adoración. La nación estaba declinando espiritual y moralmente, y quebrantaba las leyes que Dios les había dado. El pueblo encontraba muy fácil condenar a la esposa de Oseas, pero les costaba trabajo ver que ellos eran infieles a Dios.
Dios explica los motivos del sufrimiento de Israel. El quebrantamiento de la Ley había traído consigo los dos castigos de incremento de violencia y de crisis ecológica.
Los mandamientos que regulan las relaciones con el prójimo son violados constantemente.
El versículo 2 puede hacer alusión a los asesinatos de los reyes durante la vida de Oseas. Salum mató a Zacarías (el rey, no el profeta) y se apoderó del trono. Luego Manahem mató a Salum y destruyó una ciudad entera debido a que no quisieron aceptarlo como rey. Dios señaló que incluso el asesinato estaba siendo tomado a la ligera en Israel.
Oseas presentó sus cargos contra los líderes religiosos.
Esta sección está dedicada a los pecados particulares de los sacerdotes.
Dios acusó a los líderes religiosos de no dejar que el pueblo lo conociera. Se esperaba que fueran líderes espirituales, pero se volvieron líderes de las malas acciones. El pueblo pudo haber dicho: «No debe ser malo si los sacerdotes lo hacen».
Los sacerdotes se regocijaban con los pecados del pueblo. Cada vez que alguien llevaba una ofrenda por el pecado, los sacerdotes recibían una porción. Mientras más pecara el pueblo, más recibían los sacerdotes. Ya que no se lo podían comer todo, vendían alguna parte y otra la daban a sus parientes. Los sacerdotes sacaban provecho de que el pueblo continuara pecando; les daba poder y posición en la comunidad. Así que en vez de tratar de sacar al pueblo de su pecado, lo alentaban para mejorar sus ganancias.
Los principales dioses cananeos, Baal y Astoret, representaban el poder de la fertilidad y la reproducción sexual. No es de sorprenderse que en su adoración incluyeran prácticas sexuales viles. Los adoradores varones tenían relaciones sexuales con las prostitutas del templo, o sacerdotisas, y las mujeres que querían tener hijos tenían relaciones sexuales con los sacerdotes. Pero Dios les dijo que sus esfuerzos por aumentar la fertilidad eran en vano.
Su idolatría los condujo a prácticas absurdas, infectó su espíritu, y llevó a sus familias a seguirlos por la senda del pecado.
La ruina es el destino seguro que aguarda a quienes rechazan la relación con Dios.
Dios envió una advertencia a Judá para que sus sacerdotes no se volvieran como los de Israel. Los sacerdotes de Israel que permanecieron en el norte se habían olvidado de su herencia espiritual y se habían vendido a Baal. Entre otras cosas promovían la idolatría y la prostitución ritual. Israel no escaparía al castigo, pero Judá podía escapar si no seguía el ejemplo de Israel.
.A Israel se le llama Efraín porque Efraían era la más poderosa de las diez tribus del norte. Al reino del sur se le llamaba Judá, que era también la tribu más poderosa.
En los versículos 16 al 19 Oseas muestra la culpa a la totalidad de Israel, sin pensar en distintos grupos. Por eso, el versículo 17 declara que la nación ahora sufrirá la soledad.

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