domingo, 14 de octubre de 2018

Leyendo... Daniel capítulo 8



LECTURA DIARIA:
Daniel capítulo 8

Como el capítulo 7, este capítulo precede en orden cronológico al capítulo 5; el sueño probablemente ocurrió en 551 a.C., cuando Daniel tenía aproximadamente 70 años.
Los capítulos 7 y 8 corresponden al primer y tercer año de Belsasar y cronológicamente van entre los capítulos 4 y 5. El capítulo 9 tuvo lugar aproximadamente por el mismo tiempo que el capítulo 6. Nos da más detalles de los imperios medopersa y griego, los dos imperios mundiales que siguieron inmediatamente después de Babilonia.
Susa fue una de las capitales del imperio babilónico en este tiempo. Localizada en lo que ahora es Irán, fue una ciudad bien desarrollada. El primer código de leyes conocido, el Código de Hamurabi, apareció allí. Susa fue rival de la misma Babilonia en lo que a refinamiento cultural se refiere.
Los dos cuernos eran los reyes de Media y Persia. El cuerno más largo representaba el creciente dominio persa en el imperio medopersa.
El macho cabrío representaba a Grecia, y su cuerno largo, a Alejandro Magno. Esta es un predicción sorprendente debido a que Grecia no era considerada como potencia mundial cuando se dio esta profecía. Alejandro Magno conquistó el mundo con gran velocidad y estrategia militar, simbolizado por el movimiento rápido de un macho cabrío. La ruptura de los cuernos del carnero simbolizaba a Alejandro que habría de partir ambas partes del imperio medopersa.
Alejandro Magno murió a los treinta años en la cima de su poder. Su reino se dividió en cuatro partes bajo el gobierno de cuatro generales: Tolomeo I de Egipto y Palestina; Seleuco de Babilonia y Siria; Antígono de Asia Menor; y Antípater de Macedonia y Grecia.
El cuerno pequeño es Antíoco Epífanes, quien salió de Siria para perseguir a los judíos y profanar el templo entre el 171 y el 164 a.C. Este aparece como prototipo del anticristo, así como de todos los gobernantes paganos del mundo que activamente se oponen al pueblo de Dios.
Interpretación clásica: La interpretación clásica identifica a este «pequeño cuerno» con el mencionado en 7.8.
Antíoco IV Epífanes (el cuerno pequeño) atacó a Israel (la «tierra gloriosa») en el segundo siglo a.C. Quitó al sumo sacerdote, saqueó el templo y reemplazó la adoración a Dios con una adoración griega. Un cumplimiento posterior de esta profecía ocurrirá en el futuro con la llegada del anticristo.
El «príncipe de los ejércitos» aquí se refiere a una autoridad celestial, quizás un ángel o Dios mismo.
Las «dos mil trescientas tardes y mañanas» se refiere al tiempo desde la profanación del templo que perpetró Antíoco IV Epífanes hasta la restauración de la adoración del templo bajo el gobierno de Judas Macabeo en 165 a.C.
El «tiempo del fin» en este caso se refiere al período entero desde el final del cautiverio hasta la Segunda Venida de Cristo. Muchas de cosas que sucederían bajo el gobierno de Antíoco IV Epífanes se repetirían en una escala mucho mayor antes de la Segunda Venida de Cristo. Durante esos tiempos, Dios trabaja con Israel en una forma radicalmente diferente, con disciplina divina proveniente de naciones gentiles. A este período a menudo se le llama «los tiempos de los gentiles»
El cuerno grande es Alejandro el Grande, quien gobernó Grecia desde el 336 al 323 a.C. A su muerte, su imperio fue dividido en cuatro reinos.
Este rey altivo puede ser lo mismo Antíoco IV Epífanes que el anticristo al final de la historia humana.
El Príncipe de los príncipes es Dios mismo. Ningún poder humano podía derrotar al rey que Daniel vio en su misión; pero Dios lo vencerá. Antíoco IV Epífanes murió loco en Persia en 164 a.C. El poder y la justicia de Dios prevalecerán, y jamás debemos darnos por vencidos ni perder esperanza, por poderosos que parezcan los enemigos de Dios.

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