sábado, 7 de abril de 2018

Un momento... TENGAMOS CUIDADO CON LAS PEQUEÑAS COSAS




TENGAMOS CUIDADO CON LAS PEQUEÑAS COSAS

Cuando se piensa en  las diferentes cosas de la vida, generalmente ponemos atención a las cosas grandes y no mucho en los detalles o cosas ínfimas. Sin embargo, es necesario poner atención a las cosas pequeñas, pues estas tienen poder para determinar o afectar nuestras decisiones.

Salomón en el libro de Eclesiastés nos dice: “Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable”.  Eclesiastés 10. 1
Por ejemplo, el olor de una mosca muerta tiene el poder de opacar el perfume del ungüento del perfumista.  Tal como  un poco de levadura es capaz de leudar toda la masa del panadero.
Así como una pequeña mosca arruina un perfume, una pequeña locura, un pequeño detalle pasado por alto puede causar mucho daño en la vida de un hijo de DIOS.
Y porque decimos que las cosas pequeñas destruyen a un cristiano, si posiblemente esas cosas también están en la vida de un inconverso, y es porque la vida de un inconverso no es de olor grato para DIOS y la nuestra sí. Para DIOS somos olor fragante.
La Palabra de DIOS nos muestra que las cosas pequeñas, los pequeños detalles detalles, pueden causar mucho daño (1 de Corintios 5.6).
 Muchas veces solo culpamos a satanás por lo mal que está nuestra vida, pero los culpables de nuestros fracasos, dolores, muchas veces somos nosotros mismos.
Así es la realidad. Podemos estar en una reunión de armonía, gozo, acuerdos, proyecciones, pero con solo una pregunta fuera de tono porque está acompañada de necedad, malicia, amargura, hace que todo el ambiente de la misma reunión cambien y termine con mal sabor.
Esta es la labor del necio, al necio no le gana nadie pues ni a sus pensamientos y presentimientos pone oído.  Su necedad es comparada con el efecto que causa el mal olor de una mosca muerta (v.1) que puede opacar la fragancia del perfumista.   Usted conoce el poder de los zorrillos, son animales tan pequeños pero cuando deciden deparar su orín, ese mal olor se dispersa, penetra  y dura mucho tiempo.
De igual manera, un error, una mala decisión, una palabra mal dicha, una falla injustificada, una acción fuera de tono, pueden llegar a afectar aun al más sabio y honorable. Por ejemplo, un sí o un no son dos de las palabras más pequeñas del vocabulario humano, pero pueden determinar una guerra, una desgracia, o una victoria o una bendición.
Sin embargo, los pequeños detalles, las pequeñas cosas como ayudan.  Por ejemplo, una palabra, una llamada, una tarjeta, un saludo, un abrazo, un te quiero, una palmadita, una sonrisa,  una felicitación, significan mucho.   
No dejemos de hacer las cosas pequeñas que engalanan la vida, porque detalles bellos está formada la hermosura de la vida.
Estemos atentos a los suaves toques de atención del Espíritu Santo, no dejemos pasar las pequeñas cosas que puedan, no solo dañar nuestra vida, sino dañar nuestra comunión con el Señor.


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