miércoles, 4 de abril de 2018

Un momento... EL VALOR DE NUESTRAS CONVICCIONES





EL VALOR DE NUESTRAS CONVICCIONES

Un refrán dice: “Cambia tus hojas pero nunca pierdas tus raíces.  Cambia de opiniones pero no pierdas tus principios”.  
Es de sabios y hasta humildes el cambiar de opinión cuando es para mantener la paz o para beneficiar a los demás, pero sabiendo que ese cambio no traiciona nuestros principios, nuestros valores, y nuestras convicciones.

En el Salmo 125 versículo 1 el salmista usando  una metáfora dice: “Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueven sino que permanecen para siempre”. 
Pensando en la enseñanza puede aplicarse a la seguridad, estabilidad y firmeza de todo aquel que confía profundamente en DIOS. Y cuando hablamos de convicciones, puede referirse a raíces, valores, principios, enseñanzas y verdades importantes que hemos aprendido las cuales no pueden ni deben ser cambiadas por nada, ni negociadas.  Las convicciones son los pilares éticos, principios eternos, verdades divinas, valores profundos y enseñanzas espirituales que no podemos ponerlas en venta ni negociarlas al mejor postor, sino que las creemos, las cuidamos, las custodiamos, las protegemos, las defendemos y las enseñamos.
En la vida cristiana hay convicciones que se convierten en raíces, arboles fuertes, pilares de la fe, en doctrinas que dan identidad y  en enseñanzas que no podemos cambiar.  Por ejemplo, no podemos cambiar el hecho de que DIOS creó al hombre y a la mujer para formar el matrimonio, la Biblia lo dice, nosotros lo creemos, y lo defendemos; por consiguiente, nada ni nadie puede hacerme cambiar esa gran verdad que es un pilar de mi fe, es una convicción teológica y bíblica inspirada por DIOS.  
Cuando una persona que antes creía y sostenía esta verdad bíblica pero que por presión social, intereses de poder o fama, o rebeldía personal cambia de posición, es porque nunca tuvo convicción basada en una relación de lealtad a DIOS pues ha preferido ser fiel a otras cosas o personas y no a DIOS.
Las convicciones entonces, dan identidad, dan estabilidad, dan seguridad.  
Estos son ejemplos del valor de tener convicciones. 
El cristiano debe permanecer firme en la fe y las convicciones aprendidas de la Palabra misma.
Jamás dudemos de nuestra fe y de nuestras convicciones, al contrario, debemos defenderlas ante todo aquel que pida razón de lo que creemos o ante aquellos que vienen enseñando cosas diferentes a lo que está escrito en la Palabra de DIOS.
Las convicciones son raíces que no se mueven como no se puede mover el Monte de Sion sino que permanece en el mismo lugar hasta que venga Cristo.  
Tener convicciones y enseñarlas a nuestros hijos es lo mismo que DIOS nos pide en Deuteronomio. 6.1-9, enseñar Su Palabra, repetirla en todas las formas posibles hasta alcanzar un aprendizaje duradero, lo cual no es otra cosa que dejar una convicción, una verdad profunda, una raíz que nadie podrá arrancarla.   
Enseñe todo lo que es bueno, verdadero, digno de buen nombre, todo lo que tiene virtud, todo lo que honre a DIOS.


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