viernes, 2 de septiembre de 2016

Leyendo... Levítico capítulo 23

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LECTURA DIARIA:
Levítico capítulo 23

Tenemos en este capitulo la institución de las fechas santas, muchas de las cuales fueron mencionadas antes.

Aunque las fiestas anuales se destacaron más por la asistencia general al santuario, sin embargo, no debía dárseles más importancia en la celebración que al día de reposo. 
En este día debían apartarse de toda actividad secular. Es día de reposo, que tipifica el descanso espiritual del alejamiento del pecado, y el reposo en Dios. Los reposos de Dios deben observarse religiosamente en cada casa particular, por cada familia, por separado o reunida, en asambleas santas.
La fiesta de la Pascua debía durar siete días. Se presentaban ofrendas al Señor en su altar; y la gente aprendía a usar el tiempo en oración, alabando a Dios y en santa meditación.
La Fiesta de los Panes sin Levadura recordaba a Israel su salida de Egipto. Por siete días comían pan sin levadura, tal como lo habían hecho entonces (Éxodo 12.14-15). El simbolismo de este pan, hecho sin levadura era importante para los israelitas. Primero, porque el pan era único, e ilustraba la unicidad de Israel como nación. Segundo, porque la levadura era un símbolo del pecado, el pan representaba la pureza moral de Israel. Tercero, el pan les recordaba que tenían que obedecer rápidamente. Sus antepasados habían dejado la levadura fuera de la masa pudiendo salir de Egipto a toda prisa, sin esperar que la masa leudara.
Las gavillas de primicias eran un tipo del Señor Jesús resucitado de entre los muertos, como Primicias de los que duermen. Nuestro Señor Jesús resucitó de los muertos en el mismo día en que se ofrecían las primicias.
Ellos no tenían que comer el maíz nuevo antes de ofrecer a Dios su parte.
La Fiesta de las Primicias requería que se ofrecieran a Dios las primeras cosechas recolectadas. Los israelitas no podían comer la comida de sus cosechas hasta que hubieran ofrecido esta ofrenda.
La Fiesta de las Semanas era un festival de alabanza a Dios por una cosecha abundante.
El comienzo del séptimo mes (nuevo año civil) expresaba gozo y agradecimiento a Dios.
El son de las trompetas representaba la predicación del evangelio, con que se llama a los hombres a arrepentirse del pecado y a aceptar la salvación de Cristo, que era significada por el día de la expiación. Además, invitaba a gozarse en Dios y a hacerse extranjeros y peregrinos en la tierra, lo cual denotaba la fiesta de los tabernáculos, observada el mismo mes. Al comenzar el año, el sonido de trompeta llamaba a sacudir la pereza espiritual, a examinar y probar sus caminos y enmendarlos.
El día de la expiación era el noveno; así los despertaban a fin de prepararse para ese día, mediante el arrepentimiento sincero y serio, para que de verdad fuera para ellos un día de expiación.
La Fiesta de los Tabernáculos, también llamada Fiesta de la Siega, era una celebración especial con participación de toda la familia.
Renovaba el compromiso de Israel con Dios y la confianza en su dirección y protección.

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