lunes, 30 de mayo de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 29



LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 29

Jacob tuvo que salir de la Tierra Prometida porque su hermano Esaú lo quería matar.  Sin duda no iba contento, porque su destino estaba en la Tierra. 
Sin embargo, luego del encuentro con Dios en Betel, Jacob iba con otra perspectiva.  Llevaba consigo la esperanza de regresar y el consuelo de no ir solo. Jacob iba encomendado por sus padres a Harán con otra misión, conseguir una mujer entre la parentela. 
Así como el siervo de Abraham cuando fue a buscar mujer para Isaac, también Jacob llegó a un pozo.  Allí era el lugar donde los locales se encontraban, mientras iban a abrevar a sus rebaños.  También allí pasaban los viajeros, para suplirse de agua. 
En los lugares desérticos se solía tapar los pozos con rocas para evitar que la arena cayera en el agua y lo cubriera o lo contaminara.  En la historia de Jacob, dice que la piedra era grande, y por esa razón los pastores esperaban a que varios se reunieran para poder moverla entre varios.
Jacob había llegado al mismo pozo donde el siervo de su abuelo Abraham se había encontrado con su madre Rebeca. Ahora él se iba a encontrar con una prima, sobrina de su madre. 
Al encontrarse con Raquel y sus parientes, allí en el pozo, Jacob hizo algo que llamó la atención de ellos, quitó la piedra que cubría el pozo él solo.
Seguramente Raquel se sorprendió por la reacción de este extraño, no sólo porque la besó, sino porque movió él solo la pesada piedra. 
Pero Jacob fue muy bien recibido por su tío Labán y todos los demás.
Jacob ya había pasado un mes con sus parientes, más del tiempo normal de una visita.  Por lo tanto, Labán se vio obligado a preguntar a Jacob definir su situación. 
Era evidente que Jacob no estaba siendo un huésped acomodado, sino que estaba ayudando y trabajando.  Pero si él se iba a quedar por más tiempo, tenían que definir su status laboral y familiar.
Jacob aprovechó el momento para explicar la razón de su visita y su estadía.  El no sólo buscaba refugio, sino que también tenía la intención de buscar esposa, la cual esperaba encontrar entre su parentela.
En la antigüedad se acostumbraba dar una dote a la familia de la novia.  Pero Jacob no tenía nada.  A diferencia del siervo de Abraham, quien llevaba obsequios, Jacob no llevaba nada más que su persona.  No tenía nada que ofrecer más que su trabajo.
Por eso le ofreció a Labán, trabajar siete años para él. La Biblia señala que el período de servicio de un esclavo hebreo eran precisamente siete años.
Jacob sirvió esos siete años con gusto, porque estaba enamorado de Raquel.
Lo que sucedió es que su tío le dio a Lea como esposa en lugar de Raquel. Jacob había engañado a su padre, y luego su suegro lo engañó a él.
Jacob aceptó trabajar siete años más porque amaba a Raquel.
Las consecuencias de este engaño resultaron en un conflicto familiar que duró toda su vida, y que trascendió a la siguiente generación.  No sólo hubo conflicto entre las dos hermanas, Raquel y Lea, sino también entre sus hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario