martes, 3 de mayo de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 2


LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 2

En este capítulo, aparece un principio importante de la revelación, se trata de la ley de la repetición, o la ley de la recapitulación.
En otras palabras, el Espíritu de Dios, al transmitir la Palabra de Dios, tiene la costumbre de expresar una serie de hechos y verdades importantes.
Luego, los reproduce, sacando a relucir aquello que considera sumamente importante, aclarando y ampliando algún tema en particular. Este procedimiento lo vemos en el capítulo 2, con los 6 días de la creación, que ya vimos en el capítulo 1.
Este mismo principio puede observarse en el libro de Deuteronomio. El Deuteronomio fue la interpretación de la Ley después de 40 años de experiencia con ella en el desierto. Deuteronomio no fue meramente una repetición de la Ley, sino más bien una interpretación de la misma. Del mismo modo, en el Nuevo Testamento, ha llegado a nosotros no solo un Evangelio, sino que tenemos cuatro Evangelios. Una y otra vez se sigue a través de toda la Palabra de Dios este mismo procedimiento.
En el capítulo 2, lo que se destaca de aquellos 6 días de la creación es lo que se relaciona con el hombre. Habla también del día del séptimo día de reposo.
Dios descansó de su trabajo. Cuando el terminó sus 6 días de trabajo, miró todo lo que había hecho y vio que era muy bueno, que no había nada más que hacer. Al final de aquellos 6 días, reposó en el séptimo día porque su obra estaba completa. Esta es una de las más importantes verdades espirituales que existe.
Físicamente, el hombre fue creado de la tierra. Es interesante recordar que nuestros cuerpos están compuestos, aproximadamente, por 15 o 16 elementos químicos. Estos mismos elementos químicos se encuentran en la tierra.
Pero el ser humano es más que eso. Físicamente somos polvo, y al polvo volveremos. Pero el espíritu volverá a Dios. ¿Por qué? Porque, como dice el relato Bíblico, Dios sopló en la nariz del hombre el aliento de la vida, convirtiéndole en un ser viviente. Él le dio una vida física y psicológica y también una vida que es espiritual. Dicho de otra manera, el hombre fue colocado en una relación maravillosa con su Creador. 
Dios tenía un propósito al colocar al hombre solo en aquel jardín, por un período de tiempo. Fue para mostrarle que tenía una necesidad, que necesitaba a alguien para estar con él "una ayuda idónea". Es decir, alguien con quien dialogar y ponerse de acuerdo, con quien tener afinidad, alguien que le complementase, es decir, su otra parte. Es como si un hombre fuese una parte incompleta, hasta que se une en matrimonio con una mujer.
Esto es una consideración importante para tener en cuenta y es el propósito de Dios para el hombre y la mujer.

Dios le dio al hombre la responsabilidad del huerto y le dijo que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal.
¿Por qué Dios colocó un árbol en el huerto, para después prohibir a Adán comer de él? Dios quería que Adán lo obedeciera, pero Él le dio la libertad de la elección.

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