martes, 24 de mayo de 2016

leyendo... Génesis capítulo 23

LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 23

Sara murió cuando tenía 127 años.  Pero la Biblia comienza celebrando su vida, ya Sara murió habiendo vivido una vida plena, habiendo disfrutado 37 años con su hijo Isaac.  Ella murió en Hebrón.

Siendo extranjero, Abraham no tenía tierras como propiedad; ellos llevaban una vida de nómadas. Pero al morir Sara, Abraham buscó un lugar donde enterrarla. El problema es que legalmente no podía hacerlo. 
Como extranjero, Abraham no tenía el derecho legal de comprar tierra en Canaán. 
Sabiendo esto, él decidió apelar a las autoridades de Hebrón. 
Abraham llevaba años viviendo en la región, y se había ganado el respeto de los locales.  Por eso los hijos de Het, respondieron positivamente.
La oferta que le hacían parecía generosa, pero Abraham no quería dejar a Sara el la tumba de alguien más.  El quería una propia, que perteneciera a su familia.   Por ello, les propuso que intercedan  por él ante Efrón, hijo de Zohar,   para que le de la cueva de Macpela, que estaba al extremo de su campo.
Abraham era un hombre visionario.  El no sólo estaba pensando en un lugar para enterrar a Sara, y cubrir la necesidad inmediata, sino también estaba pensando en él y sus hijos. 
Además, Abraham no estaba pidiendo nada regalado; él estaba dispuesto a pagar el precio justo por el terreno.  Él estaba haciendo lo posible por comprar un terreno que se convirtiera en su primera propiedad en la Tierra Prometida. 
Efrón le ofreció a Abraham ese pedazo de tierra sin que él tuviera que pagar nada.
Lo interesante es que Abraham no aceptó la oferta.
Abraham fue sabio, y no aceptó un regalo comprometedor.  El estaba dispuesto a pagar el precio justo.
Efrón parecía ser generoso, pero su verdadera intención salió a luz más adelante en la negociación.  Al final, Efrón aceptó a venderle la cueva, pero le puso un precio muy alto. 
Abraham aceptó la oferta, y pagó 400 siclos de plata por el terreno, lo cual era una suma altísima. 
En esos tiempos, el sueldo de un labrador al año era aprox. de 8 a 10 siclos al año.  Por lo tanto, Abraham pagó aproximadamente el equivalente a 40 años de labor de un hombre.

Ya habiendo adquirido el terreno, finalmente Abraham pudo sepultar a Sara.

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