domingo, 22 de mayo de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 21


LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 21

Por lo general, las promesas de Dios tienen un tiempo de espera.
  En el caso de Abraham, él tuvo que esperar 25 años para el cumplimiento de la suya.  No sólo la espera fue larga, sino que las circunstancias eran adversas al cumplimiento de la promesa. 
Sea cual sea el tiempo de espera, Dios cumple lo que promete.  Y El lo envía en el momento indicado, en el tiempo señalado.
Abraham tenía 100 años cuando nació Isaac. Isaac, en hebreo Yitzjak significa “reirá”.
Su nombre está relacionado con la risa que provocó a Abraham la idea de tener un hijo de Sara. 
Para Sara, su hijo Isaac era motivo de regocijo, pero para Ismael, el hijo de Agar, el niño era motivo de burla. 
Luego del nacimiento de Isaac, volvió a salir a flote el conflicto entre Sara y Agar, el cual se transmitió a sus hijos Ismael e Isaac.
Ante esto, Sara pidió la intervención de Abraham. El conflicto era de “herencias”. Pero no sólo se trataba de la herencia material, sino de la herencia espiritual, del Pacto con Dios.
Sin lugar a dudas, la decisión que Abraham debía tomar era difícil y trascendental.
El texto en hebreo dice literalmente que el asunto era “malo a sus ojos”.
Humanamente parecía injusto echar fuera a Ismael ya que también era su hijo.  Por muchos años, él lo había considerado como el hijo que Dios le había prometido. 
En la antigüedad, quien llevaba el nombre del padre era el primogénito.  Pero Dios le habló a Abraham y le dijo: “Por Isaac será llamada tu descendencia”, el Señor le estaba diciendo a Abraham que Isaac llevaría su nombre, no Ismael.  Isaac era el primogénito de la promesa, el hijo del pacto divino. 
Abraham despide a Agar y a su hijo, esto parece muy “cruel”.  Pero veremos que el corazón de Dios no es de desprecio ni crueldad.  Dios estaba pendiente de Ismael, y oyó su clamor.
El Señor tenía contempladas bendiciones para Ismael, sin embargo, él no debía formar parte en ese momento de la promesa hecha a Abraham.
En la historia vuelve a aparecer Abimelec, el rey de Gerar.  
 Abimelec llegó a hacer un pacto de paz y respeto mutuo con Abraham, quien estuvo de acuerdo. Pero aprovechando el acercamiento, Abraham se quejó de una injusticia hecha en su contra sobre un pozo de agua que él había cavado. Abimelec y Abraham llegaron a un acuerdo de respeto mutuo.  
Como testimonio del pacto, Abraham le dio 7 ovejas a Abimelec, y luego plantó un árbol.
“Beerseba” significa literalmente: Pozo de Siete o del Pacto.
En ese lugar, Abraham volvió a invocar el Nombre de Dios. Esta es la primera vez que se menciona el nombre de “Dios Eterno” (heb. El-Olam).  Este nombre no sólo implica eterno en cuanto a “todos los tiempos”, sino también en cuanto a “todos los lugares y naciones”. También se traduce como “Dios del universo”. 

Abraham no plantó el tamarisco como señal del pacto con Abimelec, sino del pacto con Dios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario