viernes, 13 de mayo de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 12


LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 12

Cuando Dios lo llamó, Abram se trasladó por fe de Ur a Harán y finalmente a Canaán.
Entonces, Dios estableció un pacto con Abram, y le dijo que sería el fundador de una gran nación. No sólo esta gran nación sería bendecida, dijo Dios, sino también las demás naciones del mundo serían bendecidas a través de los descendientes de Abram.
Israel, la nación que saldría de Abram, debía ser un pueblo que siguiera a Dios e influenciara a los pueblos con los que tuviera contacto.
De la descendencia de Abram nació Jesucristo para salvar a la humanidad. Por medio de Cristo, todas las personas pueden tener una relación personal con Dios y ser bendecidas tremendamente.
Dios probó a Abram, si lo amaba más que a todo y si podía dejar voluntariamente todo para ir con Él. Sus parientes y la casa de su padre eran una constante tentación para él; no podía seguir entre ellos sin el riesgo de ser contaminado.
Dios llevó a Abram de la tierra impía y egoísta de Ur a la región fértil de Canaán, donde se podría establecer una nación entregada a Dios.
A pesar de que era pequeña, Canaán fue el punto central de la mayor parte de la historia de Israel y el surgimiento del cristianismo. Este pequeño territorio que Dios entregó a un solo hombre, Abram, ha tenido un impacto tremendo en la historia del mundo.
Abram construyó un altar a Dios. En muchas religiones se utilizaban los altares, pero para el pueblo de Dios, los altares eran más que simples lugares de sacrificio. Los altares simbolizaban comunión con Dios y conmemoraban encuentros significativos con El. Construidos de piedras y tierra, a menudo los altares permanecían en esos lugares por años como recordatorios continuos de la protección y las promesas de Dios.
Hubo hambruna en Canaán, Abram se fue a Egipto donde había comida.
Esta fue una prueba de fe para Abram y él la pasó victorioso. No cuestionó la dirección de Dios cuando se enfrentó con esta dificultad.
Abram, actuando por temor, pidió a Sarai que dijera sólo la mitad de la verdad al decir que era su hermana. Ella era medio hermana de Abram, pero también era su esposa.
Abram pretendía engañar a los egipcios. Temía que al saber la verdad lo mataran para conseguir a Sarai. Sarai habría sido una adquisición deseable para el harén de Faraón por causa de su riqueza, belleza y por la posibilidad de una alianza política. Como hermano de ella, se le habría dado a Abram un lugar de honor. Sin embargo, como su esposo, su vida estaría en peligro, ya que Sarai no podría entrar al harén de Faraón a menos que Abram estuviera muerto. Así que Abram dijo sólo la mitad de la verdad y mostró falta de fe en la protección de Dios, aún después de todo lo que Dios le había prometido.

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