UN MOMENTO CON DIOS
Tranquilos… Solo
debemos esperar en Dios.
“Los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito han sido llamados”. (Romanos 8. 28)
Seguro que a todos nos
ha pasado más de alguna vez en que hemos estado muy angustiados, entre la
espada y la pared, confundidos sin saber qué hacer, sin rumbo y sin
dirección.
Eso nos llega a pasar a
todos, aun los niños, de pronto se sienten tan tristes cuando han perdido algún
juguete o el joven cuando no sabe qué carrera tomar en la universidad, o los
esposos cuando tienen que tomar una decisión sobre sus hijos, y finalmente
cuando la familia tiene que dejar la casa y no saben hacia donde
irse.
Claro, este es el mejor
momento para buscar el rostro de Dios, y decirle a Dios como nos sentimos y que
necesitamos Su guía para saber esperar en plena tranquilidad.
En el Salmo 138 en los
versículos 1 al 6 el salmista David hace un derroche de gozo, alegría, y
gratitud al alabar a Dios. Lo hace con el corazón, lo hace con una
actitud de respeto y reverencia al postrarse, lo hace con gratitud porque Dios
le ha respondido las peticiones que le ha hecho.
Tanto así, que dice que
las naciones vecinas están escuchando sobre la grandeza de su
Dios.
Pero al llegar al
versículo 7 nos encontramos con la verdad que David ha pasado estos momentos de
angustia, donde no se sabe qué hacer, donde la paciencia nos ha dejado, donde
la desesperación se ha posesionado y los pensamientos negativos y la
incredulidad o duda comienzan a debatir en la mente y en el corazón al no ver
respuesta.
Más hay una verdad
maravillosa que no debemos dejar pasar por alto, Dios está en control de
nuestra vida, nada pasa sin que él no esté presente, y todo se mueve según el
propósito que tiene para cada uno de nosotros (v.8).
Leyendo estos dos
versículos nos damos cuenta que podemos estar tranquilos aun cuando estemos en
medio de una profunda angustia.
La Biblia dice en
Romanos 8:28 “Los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a
los que conforme a su propósito han sido llamados”.
Si ya somos un hijo de
Dios, la Biblia nos dice en el Salmo 91 que Él es nuestro abrigo, y que
moraremos bajo su sombra de amor.
El Salmo 23 dice que Él
es nuestro pastor y nada nos faltará, ni nos pasará, aunque estemos en valle de
sombra y de muerte, porque él está allí con nosotros.
Y si DIOS es con
nosotros, nadie puede hacernos mal.
Nuestro DIOS conoce
nuestro acostar y levantar, nuestro principio y fin, sabe para que nos hizo, y
sabe cómo y por donde debemos pasar.
Que quiere decir esto,
el Salmo 37 lo responde, dice que debemos estar tranquilos en Dios, esperando
con seguridad que cada cosa que nos pasa no es casualidad, sino que todo tiene
un propósito para nuestro bien, solo debemos confiar, y esperar en silencio, en
contentamiento, en fe, sabiendo que todo es parte de su propósito (v.8).
Y lo que Dios comenzó
en nosotros Él lo terminará, y nuestro fin siempre será mejor que nuestro
inicio.
No nos desesperemos por
muy difícil que sea la prueba en que estamos, Dios siempre tiene una salida
para todo, solo esperemos en Él.
Él nunca desampara a
sus hijos, Él cumplirá su propósito en nosotros.
Dios les bendiga
abundantemente.
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