UN MOMENTO CON DIOS
Los valientes son los
que viven por fe.
“¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros”. (Hebreos 11. 32 – 34)
Generalmente se les
llama valientes a las personas que son fuertes y tienen aguate, pero también a
las personas que tienen valor y fuerza. Es verdad, son fuertes
físicamente, y tienen fuerza de voluntad. Sin embargo, los verdaderos valientes
no tienen que ver con fuerza física, estatura, valentía, y peso; sino con la
calidad de fe que tiene en Dios y sus promesas que les capacita para ser
leales, aunque estén en cualquiera de las circunstancias.
El escritor de Hebreos
11 después de dedicar un buen espacio a Abraham, como uno de los gigantes de la
fe, hace una lista de otros valientes que va desde Isaac hasta algunos
jueces.
En seguida, hay una
lista de valientes anónimos, que quiere decir menos importancia, pues fueron
valientes al ser fieles a Dios, su fe, sus convicciones. El
anonimato no los hace menos importancia, más bien los hace importantes por la
calidad de su fe y estos se mencionan desde el versículo 33 hasta el 38.
El enfoque no solo está
en la práctica de la fe de estos hombres de Dios, sino en la fidelidad de Dios
al desarrollar su plan, al cumplir sus promesas.
En los versículos 33 - 34
hay algo de lo que ellos hicieron porque estaban seguros de la presencia y
ayuda de Dios, ellos creían en el Invisible, confiaban en
las promesas de Dios, y en esa dimensión espiritual actuaban.
Por fe conquistaron
reinos. Por fe hicieron justicia. Por fe alcanzaron promesas
Por fe taparon bocas de
leones. Por fe apagaron fuegos impetuosos. Por fe evitaron filo de espada. Por
fe sacaron fuerza de debilidad. Por fe se hicieron fuertes en batallas. Por fe
pusieron en fuga ejércitos de extranjeros.
Por fe experimentaron
vituperios y azotes, prisiones y cárceles. Por fe fueron apedreados. Por fe
anduvieron fueron nómadas, angustiados, anduvieron errando en el desierto, montes,
cuevas y cavernas.
En
conclusión, quien confía en Dios tiene puesta su mirada en Dios, en lo de
arriba, en las cosas espirituales, y vive en función de lo eterno y no en lo
terrenal.
Es por ello que los
versículos 39-40 dice que todos estos ejemplos de héroes de la fe, alcanzaron
buen testimonio mediante la fe, y finalmente no recibieron lo prometido
mientras vivieron, porque ellos esperaban un galardón mejor, en el cielo.
Siempre buscaron
agradar a Dios, obedecer a Dios antes que todo.
¿Hallará hoy Dios
ese tipo de fe en nuestros días? En medio de esta sociedad cada vez más alejada
de Dios, donde muchas veces la iglesia se debate entre lo que dice la Palabra y
el discurso del mundo. Donde la doctrina bíblica sobre la fe se reemplaza por
creer que solo hay que recibir y recibir sin dar nada de nosotros.
Analicemos si somos de
los valientes de la fe en base a la calidad de fe que tenemos cada uno.
Dios les bendiga
abundantemente.
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