domingo, 18 de septiembre de 2022

Un momento... El amor de Dios nos restaura

 


UN MOMENTO CON DIOS

El amor de Dios nos restaura.

 

 “Luego vayan a buscar a su padre y a sus familias y vuelvan aquí. Yo les daré la mejor tierra en Egipto, y comerán de lo mejor que esa tierra produce.”   (Génesis 45.18)

 

Muchos años antes de la historia de José, la Biblia menciona que DIOS se le apareció a Jacob el padre de José para prometerle lo siguiente: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac… todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente… yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres… no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.” (Génesis 28.13-15)

Años después llegó el día en que Jacob estaba viendo esta promesa de Dios hacerse realidad a través de su simiente José toda la tierra estaba siendo bendecida, Dios nunca lo había dejado a él ni a su familia y una vez más los estaba guardando llevándolos a vivir a la mejor tierra de Egipto con todos los recursos que necesitaban para vivir disponibles para ellos.

¡Qué grande es el amor y la fidelidad del Señor! Jacob llevaba años cargando el dolor de la pérdida de José y sin muchas esperanzas hacia el futuro mientras que sus hijos cargaron un crimen oculto en su corazón que les carcomía los huesos el suficiente tiempo como para llevar sobre ellos una pesadísima carga de culpa.

¡Dios no se había ido a ningún lado! Lo que Él había prometido seguía sucediendo, pero el pecado no confesado y la falta de fe y confianza en sus promesas no le permitía a estos hombres ver el amor y la fidelidad de Dios ni creer que Él estaba llevando a cabo un plan para bendecirlos.

¿De cuántas cosas nos estaremos perdiendo y cuánto de DIOS estaremos dejando de ver por nuestra falta de confianza en que Él está con nosotros cuidándonos o por pecados que no hemos confesado?

¿Quién estaba detrás de faraón dirigiendo tantas bendiciones hacia Jacob y sus hijos?

Por donde sea que lo veamos solamente hay una opción: ¡Era Dios quien dirigía toda esta historia!

El mismo Dios que usó a José para bendecir a Egipto estaba usando ahora al Faraón para bendecir a Jacob y su familia. Cuando Dios bendice ¡para todos alcanza! El Señor bendice a manos llenas.

Dios había encontrado en José un corazón leal y comprometido que le convertía en un canal perfecto a través del cual podía bendecir a toda una generación.

José seguía cosechando las bendiciones de haberse mantenido firme en su fe a pesar de tantas adversidades que enfrentó.

Las promesas de Dios son una invitación a que nos acerquemos a Él para que su vida fluya a través nosotros y traiga restauración y perdón a quienes nos rodean.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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