UN
MOMENTO CON DIOS
Buscando
las cosas de arriba
“Si pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios, poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra, porque habéis muerto y vuestra vida esta escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con El en Gloria”. Colosenses (3.1 – 4)
La vida cristiana no consiste en una serie de prohibiciones o negaciones. Muchas personas piensan que los cristianos son personas infelices y hasta sacrificadas.
Si se
considera la vida cristiana sólo como un código de obligaciones se pierde de
vista que la vida cristiana es, en primer lugar, una relación, una relación
real y personal entre Dios y nosotros; y si bien, es cierto que la vida
cristiana no se puede vivir y realizar al margen de la Palabra de Dios, también
es cierto, que la vida cristiana no se establece sobre la letra del mandato
sino en relación con la Gloriosa Persona que ha dado el mandato, y eso
hace toda la diferencia posible.
El
problema a que nos enfrentamos, si perdemos la relación con Dios y
nos quedamos con la letra del mandamiento, es que nos habituamos a vivir en un
código moral, en los márgenes de la moralidad cristiana, pero en ausencia de
Dios.
Desde
que creímos en el Señor, La Biblia dice que hemos muerto, y nuestra vida esta
escondida con Cristo, o sea que cada vez que vamos a hacer algo es Cristo quien
lo hace, nuestros deseos y ambiciones, deben estar sujetos a Él, a lo que sea
su voluntad, que nosotros hagamos o digamos.
Esa será la manera de agradarle, dice en 1 de Juan 3.22 que las respuestas a
nuestras oraciones están aseguradas “si buscamos Su Palabra y hacemos las cosas
que son agradables delante de Él”. Entonces veremos manifestarse a Jesús a
través de los resultados de su accionar.
Debemos fijar nuestra visión en las cosas que pertenecen al cielo, donde esta
Cristo sentado a la diestra de Dios en el lugar de Poder y Honor.
Muchas veces nos permitimos distracciones en las cosas pasajeras de la vida por
ganar un poco más de dinero, por tener una mejor posición social, por mostrar
una mejor casa, por tener el mejor automóvil, por aparentar, como si con ello
estaríamos satisfaciendo el objetivo de nuestra vida.
No
significa esto que Dios no quiera estas cosas, pero sí que ellas no deben
ocupar el primer lugar.
Cristo es nuestra vida, porque nos dio vida y perdón de pecados por su
muerte en la cruz; porque de él recibimos aliento, vitalidad y poder; porque
sólo él puede darle perfecto sentido a nuestra existencia; porque solo por
medio de él tenemos absoluta confianza del curso y destino de nuestro camino;
porque en él lo tenemos todo y separados de él nada podemos hacer.
Dios
les bendiga abundantemente.
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