viernes, 8 de junio de 2018

Un momento... ABORTO: UNA VIDA MENOS



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
ABORTO: UNA VIDA MENOS

La palabra aborto proviene del término latino (abortus), ab: privación, y ortus: nacimiento. Su traducción sería: sin nacimiento.
Por lo tanto, el aborto es la interrupción del desarrollo del embrión durante el embarazo, cuando aún no ha alcanzado la madurez fetal, o capacidad suficiente para vivir por fuera del útero.

Existen dos tipos de abortos: el espontáneo o natural y el inducido.
El aborto espontáneo ocurre cuando un embrión o feto es expulsado del útero de la mujer por causas naturales relacionadas, en la mayoría de los casos, con la salud y la edad de la mujer gestante.
El aborto inducido, en cambio, es aquél que se realiza de manera voluntaria con asistencia médica o sin ella.
En la mayoría de los casos a la mujer no se le explican todos los posibles efectos físicos y psicológicos del aborto, que puede arrastrar como secuela para el resto de su vida. Los promotores y comerciantes que le "venden" el aborto como la mejor "solución", le dicen que es un "procedimiento médico totalmente seguro". Esto no es cierto.
Todo planteamiento necesariamente tiene que partir del reconocimiento del hecho de que desde el momento de la concepción comienza la vida de la persona humana, y por tanto, el producto de la fecundación también desde el punto de vista psicológico es genéticamente único e irrepetible y tiene su propia dignidad humana.
El nuevo ser tiene en potencia todas las posibilidades del ser humano: comienza a tener sensaciones, percepciones (es sensible al dolor, al tacto, al frío, al sonido y a la luz), tiene sentimientos... se sabe, que a partir de los 43 días se pueden recoger ya impulsos eléctricos en el EEG (electroencefalograma), lo cual indica que el cerebro ha comenzado a funcionar. Esto dicho desde el punto de vista científico.
Las estadísticas dicen que más de la mitad de las personas tienen relaciones sexuales antes del matrimonio. El problema mayor de la sociedad de hoy es que están viendo todo esto como algo normal, no demasiado malo, hasta el punto de aprobarlo. Lo más grave de todo es que la estadística dicen que esta forma de pensar ya se ha infiltrado en las Iglesias donde muchos padres siendo cristianos no se alarman esto. Hoy es natural que en todo lugar, medios de comunicación, conversaciones, películas, cines, novelas y canciones apoyan las relaciones sexuales como un derecho legítimo de las personas, sin pensar en el mal que hacen y en que es una práctica prohibida por DIOS. Es lamentable saber que la reacción de algunos padres llega ya cuando ya todo ha sucedido.
Ante este problema sociológico y espiritual, el de las tentaciones sexuales, los padres no debemos actuar ya no como bomberos “apaga fuego” porque es una acción después del problema. Pero la mejor decisión de quien enfrenta una tentación no es la de enfrentarse con la Biblia en mano y orando en sus corazones, sino la de evitar llegar a estar en el lugar donde está la tentación, establecer ciertos parámetros preventivos, en vez de enfrentarse con la situación, estando involucrado en el hecho.
¿Cómo evitar las tentaciones?
Tomemos de ejemplo, la experiencia de José en Génesis 39.
Viendo las relaciones sexuales fuera del matrimonio como un pecado (1 Corintios 7.1-2) (Génesis 39.9), las cuales ofenden a Dios, la Biblia lo llama pecado, y no presenta ninguna justificación para ese hecho.
Que destruye no solo la ilusión sino la satisfacción de guardarse en pureza.
Que estas manchan la dignidad, imagen y autoestima de la persona.
Marca a las personas para toda la vida, es como una cicatriz, que aunque no duela, al verla hace recordar lo que pasó, repercute aún en cierta forma la mente.
El rumbo que está tomando la sociedad presente es preocupante, por la tolerancia con que se está tratando todo. Es un claro regreso al pensamiento liberal, donde la razón y la lógica tienen más peso y autoridad que las Sagradas Escrituras.
Las relaciones sexuales antes del matrimonio pueden tener como resultado también hijos ilegítimos, ABORTOS, y matrimonios prematuros.
El doctor Richard Lee, escribió para la revista: “Yale journal of biology and medicine”: “Nos jactamos ante nuestros jóvenes de nuestros grandes descubrimientos en la prevención del embarazo y en el tratamiento de las enfermedades venéreas, mientras hacemos caso omiso de la medida preventiva más confiable y especifica – la menos costosa y menos tóxica – contra las angustias de los males venéreos y la gestación…el antiguo, honorable y hasta saludable estado de virginidad.”
Es muy fundamental, necesario e importante mantener una relación sincera, fresca, transparente y constante con Dios y obedecer lo que Él dice en la Biblia. Las escuelas ofrecen una educación sexual que no ayuda, sino que solo incita a experimentarlo con libertad o como un derecho. La Biblia enseña que la virginidad, la capacidad de abstenerse de tener relaciones sexuales antes del matrimonio, es una capacidad que DIOS da como resultado de la buena relación con Él.
Esto requiere de decisiones más radicales y prácticas.
Huyendo de los terrenos minados (Génesis 39.5-12)
Evitando lugares solos (2 Timoteo 2.22)
Caricias inapropiadas (Ezequiel 23.3)
Lenguaje erótico (Ezequiel. 23.16-21)
Evitar la curiosidad o lo desconocido, “demuéstrame que me amas”
Es necesario establecer valores espirituales (Santiago 7.7-11, 1 Pedro 5.8-11)
Enseñar el verdadero significado de la virginidad.
El respeto a Dios y a la otra persona (Génesis 39.9)
Cultivar un carácter firme y decisión para decir NO o Correr.
Aprender a valorarse a usted mismo (a) “autoestima”.
Cuando se ama verdaderamente a DIOS no solo se teme, se respeta y se obedece a Él, sino que se evita todo aquello que va en contra de su Palabra, de la fe cristiana, de uno mismo, y todo por integridad, y santidad.
Pero también, se tiene un concepto adecuado de lo que son las relaciones sexuales, que solo se han de dar dentro del marco del matrimonio.
DIOS aprueba, bendice y gratifica las relaciones sexuales dentro del marco del matrimonio, pero desaprueba, y disciplina a quienes las practican fuera de esta institución creada por Él.
Toda persona que ama a DIOS, se ama a si mismo(a), y respeta y obedece la Biblia, no tendrá relaciones sexuales antes del matrimonio, porque es pecado, va en contra de la fe cristiana, no asegura la felicidad en el futuro, trae problemas emocionales, sociales, morales y espirituales.
Esperar, para dar la virginidad, al que verdaderamente será el compañero(a) de su vida, es no solo hermoso, gratificante, sino que honra a Dios, a las personas, al evangelio y a los padres. Es un asunto de valor moral, espiritual, cultural y personal.
Y además, es la principal prevención contra el flagelo del aborto, que muchos defienden ostentando falsamente sus derechos, sin medir la consecuencia principal, MATAR A UN INOCENTE.
Dios les bendiga abundantemente.

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