sábado, 23 de junio de 2018

Leyendo... Jeremías capítulo 3



LECTURA DIARIA:
Jeremías capítulo 3

Deuteronomio 24.1-4 le prohibía a un hombre hacer regresar a su esposa divorciada si ésta se ha vuelto a casar. Judá ha fornicado con muchos hasta el punto que la tierra ha quedado del todo amancillada, donde la tierra se ha contaminado por la conducta del pueblo.

Esta ley, dice que una mujer a la que su primer marido le dio carta de divorcio por haber encontrado algo indigno en ella, nunca se podrá unir de nuevo a su primer esposo. Judá «se divorció» de Dios y «se casó» con otros dioses. Dios tenía todo el derecho de repudiar a su pueblo desobediente, pero en su misericordia estaba dispuesto a volverlos a recibir.
«Como árabe en el desierto» significa que así como un ladrón árabe se escondería y esperaría para saquear una caravana en viaje, Judá corría hacia la idolatría.
Como parte del castigo ejemplarizante de Dios, las aguas habían sido detenidas. La lluvia tardía es la lluvia de primavera.
A pesar de su gran pecado, Israel seguía hablando como si fuera hijo de Dios. De la única manera que podían hacerlo era restando importancia a su pecado.
El reino del norte, Israel, cayó ante Asiria y su pueblo lo llevaron en cautiverio. La lección trágica de su caída debió haber provocado que el reino del sur, Judá, regresara a Dios, pero no prestó atención. Jeremías exhortó a Judá a que volviera a Dios para evitar un desastre seguro. Su mensaje llegó entre 627 y 621 a.C. durante el reinado de Josías. A pesar de que este rey obedeció los mandamientos de Dios, su ejemplo aparentemente no llegó al corazón del pueblo. Si el pueblo se negaba a arrepentirse, Dios dijo que destruiría la nación debido a la maldad del abuelo de Josías, el rey Manasés.
Judá tenía ante sí el ejemplo de Israel, su «hermana mayor», pero ello no la detuvo de seguir el mismo camino.
Israel ni siquiera trataba de aparentar obediencia a Dios, sin embargo, Judá mantuvo su apariencia de fe verdadera sin un corazón sincero. Creer la sana doctrina sin un compromiso de corazón es como ofrecer sacrificios sin un verdadero arrepentimiento. El falso arrepentimiento de Judá trajo palabras condenatorias de Jeremías.
Jeremías predijo el día en que la nación volvería a unirse, la verdadera adoración se reinstauraría y el pecado se vería como tal.

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