martes, 23 de mayo de 2017

UN MOMENTO... VIVIENDO PARA LA VOLUNTAD DE DIOS

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UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
VIVIENDO PARA LA VOLUNTAD DE DIOS 

"Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado, para vivir el tiempo que le queda en la carne, no ya para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios. Porque el tiempo ya pasado os es suficiente para haber hecho lo que agrada a los gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces y abominables idolatrías. Y en todo esto, se sorprenden de que no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Porque con este fin fue predicado el evangelio aun a los muertos, para que aunque sean juzgados en la carne como hombres, vivan en el espíritu conforme a la voluntad de Dios." (1 de Pedro 4. 1 – 6)

Hay cosas que parecen impensables que ocurran en la vida, de aquí nacen los miedos en muchas ocasiones. El sufrir una experiencia traumática, seamos o no conscientes de haberla sufrido es la raíz de los miedos, un accidente de coche, quedarse encerrado en un ascensor, una palabra de un padre a un hijo en un momento de enojo, de te voy abandonar, un azote dado sin entender porque, pueden haber muchos eventos que produzcan un trauma y que lleven al miedo en según qué ocasiones, y el miedo produce incapacidad de hacer algo o estar en algún lugar. Aquel que tiene miedo no vuelve al sitio que le produce su inseguridad y si tiene que estar, al salir siente liberación, lo malo ha pasado.
Si nos paramos a pensar, Pedro en cierto modo habla de esto, "por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado, para vivir el tiempo que le queda en la carne, no ya para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios. Porque el tiempo ya pasado os es suficiente para haber hecho lo que agrada a los gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces y abominables idolatrías. Y en todo esto, se sorprenden de que no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Porque con este fin fue predicado el evangelio aun a los muertos, para que aunque sean juzgados en la carne como hombres, vivan en el espíritu conforme a la voluntad de Dios."
El padecimiento de Cristo venció al pecado, produjo liberación y es por medio de Él que nosotros ya no somos esclavos al pecado, sino libres para hacer el bien. El concepto es muy profundo, pero simplificándolo debemos partir de la corrupción absoluta del ser humano, el cual su corazón tiende siempre hacia el mal y solo por medio de Cristo es que podemos hacer el bien. 
Pero entendiendo el bien, no únicamente como una buena acción, porque las buenas acciones muchas veces parten de la idolatría hacia nosotros mismos o a otras personas o cosas, sino que tenemos libertad para hacer las cosas conforme a la voluntad de DIOS.
Bajo esta óptica debemos comprender algo, si hemos sido librados del pecado, somos libres para hacer el bien, debiéramos tener miedo a volver a aquello que antes nos ataba, debiéramos querer huir de todo aquello que antes nos tenía preso y no podíamos salir y entonces empezar a vivir de manera diferente a la que hemos estado viviendo anteriormente, porque llegará el día en que seremos juzgados por nuestros actos y muchos serán castigados por ellos, pero aquellos que hemos sido comprados con la sangre de Cristo ya somos libres, pero no para hacer lo que queramos sino para vivir según la voluntad de DIOS, que no es otra que su nombre sea exaltado por medio de nuestras vidas.
Dios les bendiga abundantemente.

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