lunes, 29 de mayo de 2017

LEYENDO... 2 de Crónica capítulo 1



LECTURA DIARIA:
2 de Crónica capítulo 1

El cronista empieza su narración declarando que Salomón fue afirmado en su reino, y Jehová su Dios estaba con él. El hijo de David era un monarca majestuoso, admirado por otros reyes porque Dios lo engrandeció sobremanera.

La gran piedad y sincera devoción de Salomón eran bien marcadas. Salomón sabía que de su amor y lealtad a Dios dependía el éxito de su reinado; por eso, da prioridad a su preparación espiritual antes de iniciar cualquier tarea. Aquellos que le ayudarían en su gestión gubernativa compartían esa prioridad po eso sus nobles, capitanes, jueces y gobernadores lo acompañaron en su viaje a Gabaón donde se encontraba el tabernáculo.
Después de ofrecer sacrificios, Salomón dirigió una oración aceptable que abrió las puertas de la gracia divina. Aquella noche, después de ofrecer los sacrificios, Dios se le apareció y le habló, “pide lo que quieras que yo te dé” fue la palabra divina. Salomón apeló al carácter firme de Dios cuando trató con sus siervos para pedir algo espiritual en lugar de cosas materiales. Al pedir sabiduría y conocimiento para gobernar al pueblo que había pactado con Dios, Salomón reveló su determinación de poner muy en alto el nombre de Dios ante las naciones paganas que rodeaban a Israel. Salomón quería una reafirmación de la promesa hecha por Dios a David. Juntamente con las bendiciones espirituales, Dios suplió las necesidades materiales.
Dios aprobó la forma en la que Salomón ordenó sus prioridades, y le dio además riquezas, prosperidad y honor.

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