viernes, 19 de mayo de 2017

Leyendo... 1 de Crónicas capítulo 21


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LECTURA DIARIA:
1 de Crónicas capítulo 21

El censo de David acarreó el desastre debido a que, a diferencia de los censos tomados en el libro de Números (Números 1, 2) los cuales Dios había ordenado, este censo se llevó a cabo para que David pudiera sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos.
El texto bíblico dice que satanás incitó a David para hacer un censo, satanás sólo tentó a David con la idea, pero fue David el que decidió hacerlo. 
El censo de David no iba en contra de la ley de Dios, pero el motivo del censo estaba mal: sentía orgullo por su ejército poderoso, mientras olvidaba que su verdadera fortaleza provenía de Dios. Incluso Joab, quien no era conocido por sus ideales de alta moral, reconoció que el censo era un pecado. 
Cuando David se dio cuenta de su pecado, tomó plena responsabilidad de ello, admitió que estaba mal, y pidió a Dios que lo perdonara. 
David suplicó misericordia, y Dios respondió al detener al ángel antes de que completara su misión de muerte. Sin embargo, las consecuencias del pecado de David ya habían causado un gran daño.
¿Por qué murieron setenta mil inocentes por el pecado de David? Nuestra sociedad hace un gran énfasis en el individuo. En los tiempos antiguos, sin embargo, los líderes familiares, los líderes de las tribus y los reyes representaban al pueblo que dirigían, y todos esperaban compartir sus triunfos al igual que sus fracasos y castigos. David merecía castigo por su pecado, pero su muerte podía haber ocasionado un caos político y la invasión del ejército enemigo, causando cientos de miles de muertos. En cambio, Dios mostró su gracia al salvar la vida de David. Además detuvo la plaga para que se salvara la mayor parte del pueblo de Jerusalén. 
Cuando David quiso comprar la tierra de Ornán para construir un altar, Ornán la ofreció generosamente como regalo. Pero David lo rechazó, diciendo: "No tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste". David quería ofrecer un sacrificio a Dios.

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