viernes, 12 de mayo de 2017

Leyendo... 1 de Crónicas capítulo 14


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LECTURA DIARIA:
1 de Crónicas capítulo 14

El rey Hiram además envió madera y artesanos para ayudar a Salomón a construir el templo. Dios le dio a David honor y éxito ("había exaltado su reino"), pero no simplemente para su beneficio personal. David se dio cuenta de que Dios lo había prosperado por una razón especial: ¡por el bien de su pueblo! 
La costumbre de la realeza del Medio Oriente en aquellos días era acumular esposas y concubinas, pero este no era el ideal de Dios (Génesis 2.24). Los matrimonios de David le dieron gran poder e influencia, pero también provocaron conflictos, celos y hasta asesinatos dentro de su familia. 
Antes de que David fuera a la batalla contra los filisteos en Baal-perazim, habló con Dios, pidiéndole su presencia y dirección. 
La acción rápida y decisiva de David en contra de los ídolos lo ayudó a unificar su reino y encauzar a la gente a la adoración del Dios único y verdadero. El obedeció la ley que decía, "sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego". 
La mayoría de los sucesores de David fracasaron en destruir los ídolos y esto condujo a una increíble corrupción moral en Israel. 
Con frecuencia los soldados querían quedarse con recuerdos de la batalla, 2 de Samuel 5.21 afirma que algunos de los hombres se quedaron con algunos de estos ídolos, pero David ordenó que quemaran los ídolos. 
La única respuesta adecuada al pecado es desprenderse de él por completo.
De esa manera la fama de David se extendió por todas aquellas tierras.

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