LECTURA DIARIA:
1de Crónicas capítulo 5
Rubén fue el primogénito de Jacob en unión con Lea, pero por su deslealtad a su padre, por haberlo deshonrado al tomar a una de las concubinas del patriarca como compañera sexual, éste perdió la primogenitura.
El pecado de incesto de Rubén fue registrado para que todas las futuras generaciones lo leyeran.
Como hijo mayor, Rubén era el heredero legítimo tanto de una doble porción de la fortuna de su padre como del liderazgo de los descendientes de Abraham, que ya eran una gran tribu. Pero su pecado lo despojó de sus derechos y privilegios y arruinó a su familia.
Esta fue cedida a José, el primer hijo que Raquel dio a Jacob. Los primeros versículos de esta sección se dedican a explicar por qué Judá tiene preeminencia y no Rubén. Se debe notar que al recibir la primogenitura, José gozaba de una doble porción de la herencia; también le favoreció esta primogenitura cuando la partición de las tierras entre las tribus. Los beneficios materiales fueron cedidos a José, pero los otros beneficios, dignidad y preeminencia, son legados a Judá.
La estructura de esta sección se asemeja a la de Simeón, es decir, se habla de la familia, las regiones geográficas ocupadas y ciertas acciones.
Llama la atención que la lista de los hijos de Rubén dada aquí no concuerda con la de Génesis 46.9, Éxodo 6.14 y Números 26.5.
Los versículos 9 y 10 confirman la vida poco estable de la tribu de Rubén la cual al final quedó como parte de la tribu de Gad.
Las dos y media tribus de Rubén, Simeón y Manasés se asentaron al lado oriental del Jordán. Ellas fueron cautivadas por el rey de Asiria, porque habían abandonado al Señor.
Ellos compartieron el cautiverio. Hubieran tenido la mejor de las tierras, sin considerar que estaban demasiado expuestas. El deseo de objetos terrenales aleja de las ordenanzas de Dios, y prepara a los hombres para la destrucción.
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