lunes, 20 de junio de 2022

Un momento... Pasando por el desierto

 


UN MOMENTO CON DIOS

Pasando por el desierto

 

 “Al que guió a su pueblo por el desierto; su gran amor perdura para siempre.” (Salmo 136. 16)

 

Al igual que el pueblo de Israel tuvo que atravesar un desierto por un largo tiempo después de que fue liberado de la esclavitud a la cual lo había sometido el Faraón de Egipto, a nosotros también nos toca recorrer nuestro propio desierto. El desierto es aprendizaje y la duración del mismo dependerá de nuestra capacidad de aprendizaje.

Si aprendemos rápido, saldremos pronto de él. Si nos cuesta mucho aprender entonces nos tardaremos más. Este aprendizaje va íntimamente ligado a la obediencia. Si somos obedientes, aprenderemos rápidamente. Si por el contrario, nos dedicamos a ignorar voluntariamente los preceptos que ha establecido DIOS para nuestra vida, entonces el aprendizaje será lento y tedioso.

¿Estamos siguiendo la sabia dirección de Dios para nuestra vida?

Recordemos la experiencia del pueblo de Israel que se tardó cuarenta años para alcanzar la tierra prometida.

¿Queremos una vida que progrese lentamente con poco desarrollo espiritual o preferimos avanzar rápidamente hacia la madurez en Cristo?

En nuestras manos está la respuesta.

Recordemos, la obediencia a Dios es la clave de todo este asunto. A veces nuestro deseo de creer que Dios puede sacarnos de la situación en que nos encontramos disminuye debido a la excesiva presión a la que estamos siendo sometidos.

Nos cansamos de esperar y comenzamos a reclamarle a Dios y a refunfuñar como si nosotros supiéramos más que ÉL acerca de cómo obtener soluciones efectivas. Dios desea que nosotros seamos obedientes a Su llamado y a Su guía.

Si nuestra fe se ha debilitado recordemos todas las maravillosas cosas que ÉL ha hecho para nosotros y por nosotros.

ÉL nunca nos ha abandonado aunque pensemos que esto haya ocurrido porque hemos llegado a un punto en ese desierto que ya no podemos más.

Descansemos en la fortaleza de nuestro Señor Jesucristo.

ÉL tiene poder y autoridad para resolver cualquier cosa por imposible que ello parezca.

No lo dudemos ni un instante. ÉL espera que nosotros confiemos completamente en ÉL.

Dios les bendiga abundantemente.

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