UN MOMENTO CON DIOS
Esperando un milagro
“También tu parienta Elisabeth va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. Porque para DIOS no hay nada imposible.” (Lucas 1. 36 – 37)
¿Alguna vez hemos
pensado mientras contemplamos un precioso día soleado con un cielo azul sin una
sola nube, que hubo un tiempo que lo único que había era un enorme vacío,
desorden total y profundas tinieblas que lo cubrían todo? En el primer
versículo del primer capítulo del libro de Génesis nos cuenta que “en el
principio creó DIOS los cielos y la tierra.” Pero antes que el Señor
hablara ordenando a lo que no era que fuese, sólo existía un inmenso espacio
vacío y sin forma.
Cuando ves un árbol
frondoso y lleno de deliciosas frutas, ¿acaso viene a nuestra mente que todo
comenzó de una pequeña semilla que estaba inerte enterrada en la tierra?
¿Hemos pensado en ese
bebé que surge a la vida después de nueve meses en la oscuridad del vientre
materno?
Y por encima de todas
estas maravillas, el más grande milagro de la historia de la humanidad: la
resurrección de Jesús, a quien Dios levantó de la fría y oscura tumba para
traer al mundo Su luz redentora, como dice Hebreos 13. 20: “Y el DIOS de paz
que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las
ovejas, por la sangre del pacto eterno.”
¿Estamos en medio de
una situación que parece no tener solución? ¿Nos han dicho los médicos que alguna
enfermedad es incurable?
Si es así, ¿estamos
esperando que Dios haga un milagro? ¿Creemos de todo corazón que Dios puede
cambiar las circunstancias negativas que nos rodean y convertirlas en bendición
para nuestra vida?
Si Dios pudo crear el
universo entero de la nada, ÉL puede tomar los espacios vacíos de nuestra vida
y crear algo maravilloso.
Si el Señor pudo sanar
leprosos, paralíticos, ciegos y todo tipo de enfermos en aquellos tiempos, hoy
puede sanar cualquier enfermedad aunque para la ciencia no sea posible. Si DIOS
pudo levantar a su Hijo de los muertos, puede también resolver la situación más
difícil en la que podamos encontrarnos, “porque nada hay imposible para
DIOS”, dice Lucas 1. 37.
Mantengámonos en una
actitud de fe confiando plenamente en el poder y el amor de DIOS.
Descansemos en Sus
promesas, creamos en ellas de todo corazón y esperemos en el Señor. Sigamos el consejo
de David en el Salmo 37. 5: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en
El; y El hará.”
Dios les bendiga
abundantemente.
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