lunes, 6 de junio de 2022

Un momento... Nuestras pequeñas necesidades

 


UN MOMENTO CON DIOS

Nuestras pequeñas necesidades

 

 “Mi DIOS, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4. 19)

 

Corie ten Boon fue una famosa predicadora holandesa que fue usó el poder de DIOS hace varias décadas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Corie y su hermana Betsie conjuntamente con el padre de ambas fueron arrestadas por los nazis, acusados de esconder judíos en su hogar y fueron enviados a un campo de concentración. El padre y la hermana de Corie murieron en la prisión, y cuando ella fue liberada regresó sola a su casa.

Después de la guerra Corie ten Boon se dedicó a predicar la Palabra de Dios por todo el mundo. En una ocasión mientras predicaba acerca del poder de la oración, Corie contó esta anécdota sucedida en los días de su cautiverio:

“Una mañana me desperté con un resfriado terrible y le dije a Betsie: - "¿Qué puedo hacer? Ni siquiera tengo un pañuelo". - "Ora! - me dijo ella - Me sonreí. Pero ella oró. – “Padre, Corie está resfriada y no tiene pañuelo. Por favor, suple uno para ella. En el nombre de Jesús. Amén”. No pude evitar la risa, pero cuando ella dijo “Amén”, escuché que me llamaban. Fui a la ventana, y allí estaba mi amiga, que trabajaba en el hospital de la prisión. - "¡Rápido, rápido! Toma este paquetito, es un pequeño regalo para ti". - Abrí el paquetito y dentro había un pañuelo.

- "¿Cómo se te ocurrió traerme esto? ¿Cómo sabías que estoy resfriada?" - "No lo sabía, pero estaba doblando pañuelos en el hospital y una voz en mi corazón me dijo: “Llévale uno a Corie ten Boon.” -

¡Qué milagro! ¿Entienden lo que ese pañuelo me dijo en aquel momento? Me dijo que -"en el cielo hay un Padre amoroso que oye cuando uno de sus hijos, en este pequeñísimo planeta, pide una cosa insignificante e imposible: un pañuelo. Y ese Padre celestial dice a otra de sus hijas que le lleve uno a Corie ten Boon.”

Dios contesta la oración, y sus promesas son una realidad mayor que nuestros problemas. ¡Qué Padre tan maravilloso! Está al tanto de todas nuestras necesidades (aún las más pequeñas e insignificantes) y las suple con amor "conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."

 Sólo tenemos que acercarnos a ÉL trayéndole nuestros problemas y confiar en Su amor y Su poder, como nos dice Hebreos 4.16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

No nos atemoricemos de traer ante nuestro Padre celestial aún el más pequeño de nuestros problemas o necesidades. ÉL está esperando para darnos la respuesta más conveniente para nosotros.

Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario