UN MOMENTO CON DIOS
¿Cuál es el propósito
de nuestra vida?
“¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?” (Jeremías 20. 18)
¿Para qué estoy aquí en
la tierra? ¿Para que nací? Éstas y otras preguntas similares se las han
hecho muchas personas a través de los siglos.
Ciertamente la
búsqueda del propósito de vivir siempre ha intrigado a la humanidad.
Durante miles de años,
filósofos, científicos, escritores e intelectuales han especulado acerca del sentido
de la vida, tratando de contestar estas preguntas. Muchos creen que tienen la
respuesta correcta, pero la mayoría simplemente reconocen que no tienen la
menor idea de la razón por la que están aquí.
En este versículo, el
profeta Jeremías se hace a sí mismo esta pregunta. Su respuesta, en forma
de pregunta, es más bien una queja en cuanto al propósito o la falta de
propósito de la vida.
Muchos siglos después
el hombre continúa preguntándose y quejándose por la falta de sentido de sus
vidas.
El problema fundamental
reside en el lugar donde se busca la respuesta. Contrario a lo que indican
muchos libros conocidos, seminarios, sesiones de terapia sicológica, etc. nunca
encontraremos el sentido de la vida buscando dentro de nosotros.
No nos creamos a
nosotros mismos, por lo tanto no podemos encontrar en nosotros el propósito de
nuestra existencia. Al igual que el inventor de una compleja maquinaria quien
es el único que puede decirnos exactamente el propósito de la misma, sólo AQUEL
que nos creó es capaz de revelarnos el propósito para el cual fuimos creados.
En primer lugar la
Biblia establece que DIOS es nuestro Creador. Dice Génesis 1. 26: “Entonces
dijo DIOS: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza..."
Una vez establecido que
DIOS es nuestro Creador, tenemos que concluir que si ÉL nos creó, con toda
seguridad lo hizo con un propósito determinado. ¿Cierto? La pregunta
es: "¿Para qué nos creó Dios?”
¿Sabemos por qué Dios
nos hizo a cada uno de nosotros? Para derramar en nosotros Su amor.
Dios es amor, y ÉL
tenía que hacer algo en lo cual pudiera volcar todo Su inmenso amor. Dios nos
hizo para amarnos. Dios nos hizo para manifestar Su amor en nosotros.
Y todo lo que ÉL ha
planeado es para nuestro bien. A través del profeta Jeremías, DIOS nos
dice: “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros", declara el
Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una
esperanza.” (Jeremías 29.11).
El apóstol Pablo resume
todo lo anterior en Efesios 2.10: “Porque somos hechura suya, creados
en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales DIOS preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas.” Somos hechura Suya, o sea DIOS nos hizo,
y no nosotros a nosotros mismos.
Fuimos creados a la
imagen de Cristo con el fin de hacer buenas obras, las cuales fueron planeadas
por DIOS desde antes que naciéramos. ¿Con qué propósito? Con el propósito de
que anduviésemos en ellas, es decir para que las lleváramos a cabo y por medio
de ellas bendecirnos abundantemente.
Dios tiene un propósito
en cada una de nuestras vidas, y es un buen propósito. ÉL es el Único que
puede contestar nuestras preguntas acerca del propósito de nuestra
vida.
Para ello es
necesario que escudriñemos la Biblia, que es la Palabra de DIOS. Es
imprescindible que establezcamos una íntima comunión con el Señor, buscando Su
rostro en oración cada día. Entonces llegaremos a conocer los planes de DIOS
para nosotros y entonces nuestra vida tendrá un verdadero significado y podremos
disfrutarla plenamente.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario