UN
MOMENTO CON DIOS
Esperanza
en medio del sufrimiento
“Nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia, la resistencia produce un carácter aprobado, y el carácter aprobado produce esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque DIOS ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.” (Romanos 5. 3 – 5)
¿Habremos
alcanzado a entender que la riqueza es terreno fértil para las tentaciones, que
el éxito puede llevar al orgullo y la arrogancia, y que la salud del cuerpo
puede llevarnos al descuido del uso de la energía física? La riqueza, el éxito
y la salud son regalos de DIOS que pueden ser bien o mal usados.
En este
pasaje, Pablo nos habla de lo opuesto al éxito, la riqueza, y la salud. Pablo
resume en la palabra "sufrimiento" el dolor, el luto, la burla, el
desprecio, la soledad, como aspectos en nuestra vida de fe que reafirman
nuestro carácter cristiano. Más aún, él se regocijaba en los sufrimientos
porque estaba convencido que traían un sinnúmero de bendiciones temporales y
eternas.
Pero
no siempre hemos entendido esto así. Cuando nosotros comenzamos a caminar con
el Señor, las tempestades que vienen todavía son pequeñas, y ÉL, sabiendo
nuestra debilidad, conociendo nuestra flaqueza, se asegura de estar allí a
mano, de tal manera que apenas nosotros lo despertamos para que nos socorra, el
Señor se levanta y con Su voz imperativa acalla la tempestad y se produce la
bonanza.
¡Cuántas
veces lo hemos vivido así! A medida que vamos avanzando con el Señor en esta
travesía por el mar que es el mundo, vamos pasando experiencias cada vez un
poco más difíciles, en las cuales aún parece que perdemos de vista al Señor.
Antes
le podíamos ver dormido en nuestra barca; ahora parece que no está. En una
larga noche expuestos a los vientos y al mar huracanado. Creo que lo peor que
nos podría pasar sería dudar de la bondad y del amor de DIOS. Si algún azote o
alguna tempestad viene, es por alguna razón. No estamos exentos del
sufrimiento, como bien sabemos por experiencia.
El
paso adelante que Pablo nos indica es que aprendamos a encontrar gozo en el
Señor en medio de los sufrimientos, así como Jesús pudo regocijarse en Sus
injustos sufrimientos sabiendo que Su Padre lo resucitaría en forma gloriosa y
la daría la victoria sobre todos los males, incluso la muerte.
Tal
vez nuestra barca esté en el medio del mar azotado por las olas, el viento es
contrario, y estemos muy fatigados. Pero miremos al Señor. ÉL viene caminando
sobre las aguas.
No
es necesario que intentemos caminar
sobre las aguas. No, simplemente invitémoslo a venir. Digámosle: "Señor,
aquí está mi barca. Sin Ti está vacía, sin Ti es como una caja de fósforos en
un océano desatado, inclemente. Si tú vienes, Señor, y Te subes a ella, todo estará
bien".
Simplemente
la presencia del Señor en la barca detiene el oleaje, y produce la paz. La
esperanza que Jesús nos da, nos permite resistir el dolor, crecer en el
carácter benigno y paciente, y esperar con gozo el cielo prometido.
Dios
les bendiga abundantemente.
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