UN MOMENTO CON DIOS
Cuando necesitamos
paciencia
"Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna." (Santiago 1. 2 – 4)
¿Alguna vez hemos
escuchado la expresión "¿golpearse contra la pared?" ¿Suena doloroso,
no es cierto? Esta expresión se usa a veces para describir el punto al que
llegan algunas personas que hace poco iniciaron una nueva empresa atlética, por
lo general el correr o trotar.
Los síntomas incluyen
aceleramiento del ritmo del corazón, abundante sudoración, y una respiración
dolorosa mientras los pulmones se mantienen luchando por aire. Para estos nuevos
"atletas" éste es el punto en el cual tienen que detenerse pues
simplemente no pueden dar un paso más. Cuando experimentan estas sensaciones,
muchas personas se rinden y dejan de correr. Después de todo se supone que el
ejercicio debe hacerles sentir bien, ¿no es cierto?
El problema es que
estos nuevos atletas todavía no han alcanzado la resistencia física que los
capacita para continuar creciendo en fortaleza y poder correr una mayor
distancia cada día. Esta resistencia es el resultado de la determinación, la
disciplina y la voluntad de sufrir con el fin de obtener buenos resultados.
Esto se aplica tanto al aspecto físico como a la vida espiritual.
Una pequeña historia
nos ilustra este proceso. Dice que en una ocasión un niño estaba mirando como
un gusano de seda, a punto de convertirse en una mariposa, luchaba por salir
del capullo en donde se había desarrollado. Sintiendo compasión por el insecto,
el niño decidió ayudarle terminando de romper el capullo y permitiendo que
saliera al exterior. Sin embargo poco tiempo después la mariposa murió, pues al
interrumpirse el proceso natural de la metamorfosis, sus alas no pudieron
fortalecerse lo suficiente para permitirle volar y desarrollar su vida
normalmente.
Este pasaje nos habla
en primer lugar nos habla de que en este mundo vamos a encontrar pruebas con
toda seguridad. No dice “si os halláis en pruebas”, sino “cuando os halléis en
diversas pruebas.” También nos enseña que las pruebas pueden producir paciencia
(esto es resistencia), si mantenemos nuestra fe.
La paciencia, una vez
adquirida, nos permite continuar hasta el final del proceso de santificación
cuyo resultado es madurez espiritual o "perfección".
Si cuando estamos en
medio de una prueba, consideramos el resultado que Dios quiere ver en nosotros,
y ponemos en ÉL nuestra confianza, aunque parezca imposible podemos sentir gozo
aún en medio del dolor y la aflicción.
Y los resultados serán
de bendición para nuestras vidas, pues llegaremos a crecer espiritualmente al
punto que seremos maduros y cabales, es decir completos sin que nos falte “cosa
alguna.”
Si estamos en medio de
una prueba en estos momentos, concentremos nuestra atención en nuestro Padre
Celestial. Pensemos que ÉL está totalmente consciente de lo que estamos
pasando; ÉL conoce nuestros dolores, nuestra incomodidad, las molestias que nos
afectan. Y le duelen tanto o más que a nosotros, pero, en su infinita
sabiduría, ÉL sabe también que es algo pasajero y que todo será para nuestro
bien, como afirma Romanos 8. 28 ”Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados”.
Y ÉL tiene preparadas
muchas bendiciones para nosotros si mantenemos en ÉL nuestra confianza.
Dios les bendiga
abundantemente.
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